EFE).- El Jefe del Comando Sur de las Fuerzas Armadas estadounidenses, John Kelly, aseguró hoy que América Latina ni quiere ni necesita la presencia militar permanente de Estados Unidos en sus territorios, aunque sí el apoyo militar y logístico para hacer frente a las principales amenazas que enfrenta la región.
Kelly insistió en que la colaboración del Departamento de Defensa estadounidense con casi todos los países latinoamericanos es continua, sobre todo en materia de lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, a través de ayuda en inteligencia, entrenamiento y equipación.
“La cooperación en defensa no significa militarización. De hecho es todo lo contrario”, argumentó en una conferencia en el centro de estudios Csis.
“Centroamérica está llevando a cabo una lucha devastadora contra el narcotráfico”
“Las buenas noticias son que ni nos quieren ahí permanentemente ni nos necesitan. No tenemos que hacer mucho más de lo que estamos haciendo porque ellos mismos lo están haciendo por su cuenta”, insistió el general, que además aseguró que la región “va por el buen camino”, aunque aún queda mucho por hacer.
Sin embargo, el general advirtió de los grandes retos que enfrenta Latinoamérica, en especial respecto a la producción y distribución de drogas, “no solo cocaína, también marihuana, heroína o metanfetamina”, que está sacudiendo Centroamérica.
“Centroamérica está llevando a cabo una lucha devastadora contra el narcotráfico”, afirmó, pero advirtió también que “llevará décadas” acabar con el entramado criminal que lo rodea.
Kelly quiso remarcar que Estados Unidos es parte del problema ya que aún es el principal consumidor mundial de cocaína pese a que las cifras están disminuyendo, por lo que, dijo, asume su responsabilidad.
“No es un problema de Colombia ni un problema de Centroamérica. El narcotráfico es un problema de las Américas” que afecta a todo el mundo, manifestó el general, que también aplaudió las recientes colaboraciones en materia antidrogas entre Rusia y Nicaragua.
El jefe del Comando Sur estadounidense, que abarca desde la frontera sur de México hasta Argentina, excluyendo los territorios caribeños de Estados Unidos, también aludió a las relaciones entre Irán y Venezuela, como un factor de riesgo para la estabilidad regional.
Kelly opinó que el deceso del presidente venezolano Hugo Chávez no afectará a las relaciones bilaterales entre ambos países, y advirtió del riesgo de que cédulas de grupos radicales se hayan establecido en Latinoamérica y se estén alimentando del narcotráfico para ejecutar actos terroristas.
“Además cada vez hay más embajadas y centros culturales iraníes en Latinoamérica. Por supuesto tienen el derecho de hacerlo, pero advertimos a nuestros socios del hemisferio que los iraníes son muy buenos en lo que hacen y que les sigan vigilando”, añadió.
El general mostró su optimismo en el devenir de América Latina en materia de seguridad y enfatizó que de la estabilidad de sus democracias también depende la estabilidad económica de la región.