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martes, 25 de junio de 2013

Señalan que el plan de ahorro eléctrico podría conducir a una recesión

El Nacional publicó un artículo donde señalan que las políticas estabilizadoras que aplicó el Ministro para la Energia Eléctrica, Jesee Chacón, han cumplido a mitades su función tomando en cuenta que la parte no realizada “amenaza con agravar la desaceleración que registra la actividad económica” y puede llevar al país a una debacle financiera.
“Es totalmente errado pedir a los sectores productivos del país que reduzcan el consumo en 20%. Se puede exhortar a ser más eficientes y buscar ahorros de 5% o 6%, pero lo que pretende el Gobierno es tanto como recortar un quinto de la actividad económica” sostuvo Manuel Guevara, coordinador del sector eléctrico en la Mesa de la Unidad Democrática.
Puede leer la nota completa a continuación:
El Plan de los 100 días del ministro de Energía Eléctrica, Jesse Chacón, dirigido a estabilizar el servicio cumplió la mitad de su tiempo. De acuerdo con el funcionario, los principales logros obtenidos hasta ahora son haber alcanzado 60% de la generación prometida y que las fallas se redujeron en 52%.
Las cifras oficiales indican que han entrado en funcionamiento 606 megavatios de los 1.000 prometidos, y que de mayo a junio se redujo de 3.800 a 1.800 el número de interrupciones del servicio.
No ocurre lo mismo con otras medidas del plan, como la de solicitar a Petróleos de Venezuela y a las empresas básicas agrupadas en la Corporación Venezolana de Guayana que reduzcan su demanda en 20%. Tampoco hay datos sobre la reducción del consumo en instituciones financieras y centros comerciales, a los que se les pidió bajar su consumo en 10%.
Sin embargo, esas peticiones amenazan con agravar la desaceleración que registra la actividad económica y que para algunos puede llevar a un crecimiento cero a finales de año o incluso una contracción.
“Estamos a punto de ver la misma película de 2010, cuando la dieta eléctrica que impuso el Gobierno llevó a una recesión”, advierte José Guerra, docente de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela. “Si se plantea reducir la demanda energética en los sectores industriales y manufactureros eso se traducirá en un una menor actividad económica”, acota.
Los reportes del Banco Central de Venezuela de hace tres años señalaron en esa oportunidad que el producto interno bruto del país arrojó una caída en el primer trimestre debido a la aplicación de “un plan de ahorro con la finalidad de garantizar el consumo racional y equitativo de la energía eléctrica”. Posteriormente, repitió un comentario similar para el segundo trimestre cuando advirtió que “la continuidad del plan de ahorro eléctrico” mantuvo la tendencia negativa del PIB.
“Es totalmente errado pedir a los sectores productivos del país que reduzcan el consumo en 20%. Se puede exhortar a ser más eficientes y buscar ahorros de 5% o 6%, pero lo que pretende el Gobierno es tanto como recortar un quinto de la actividad económica”, sostiene Manuel Guevara, coordinador del sector eléctrico en la Mesa de la Unidad Democrática. “Todo indica que el ministro Chacón aún no ha logrado resolver el problema de financiamiento que requieren las obras pese a las gestiones que hizo ante Nelson Merentes”, dice.
El experto considera que los anuncios que hacen las autoridades para pedir mayor ahorro energético evidencian que se está lejos de cumplir la meta de reducir el consumo en 1.000 megavatios, y más bien augura mayores interrupciones para el último cuatrimestre del año cuando se eleva el consumo.

Más enredos

Los problemas no se solucionan con las más centrales ni con la inversión que se pretenden realizar en transmisión y distribución.
“Las nuevas plantas térmicas incorporadas al sistema son duales; es decir, pueden quemar gas o líquidos”, señala Nelson Hernández. “Sin embargo,están trabajando con diesel por la falta de gas natural”, acota.
Esta situación causa mayores pérdidas y reduce los volúmenes de exportación de combustibles de Petróleos de Venezuela, complica los problemas logísticos porque el transporte de estos productos se realiza principalmente en gandolas y crea mayor contaminación, pues las emisiones de dióxido de carbono de esos refinados son mayores a los del gas natural.
Por Ana Díaz / Andrés Rojas Jiménez / El Nacional