Las autoridades del Reino Unido han declarado hoy la alerta por ola de calor en Londres y el sureste de Inglaterra tras acumular cinco días consecutivos con temperaturas superiores a los 30ºC, algo que no ocurría desde 2006.
El prolongado sol y calor de la última semana ha desconcertado a los británicos y ha llevado a la Oficina Meteorológica a establecer el nivel tres de vigilancia contra la subida de temperaturas, siendo el grado cuatro el más alto.
Los expertos en meteorología de la cadena pública BBC y la agencia local PA advierten de que se continuarán rozando los 30ºC diurnos durante al menos dos días más, una temperatura excesiva para el Reino Unido, donde en un verano medio no se superan los 22ºC.
En los últimos días la televisión británica ha anunciado que se han roto "varios récords" y el considerado como "día más caluroso del año" ha ido superándose jornada tras jornada ante la sorpresa de los ciudadanos, que salían de una ola de frío y lluvias.
Pese a que la alerta se ha declarado en el sureste del país, incluso en las ciudades situadas al norte, como Edimburgo, se mira con incredulidad a los termómetros, que señalan estos días 25ºC de máxima.
La alerta pone su foco de atención en menores y la tercera edad, así como en adultos con enfermedades crónicas a los que se recomienda resguardarse en lugares frescos.
El calor de los días se mantiene casi hasta la noche, cuando las temperaturas bajan un tanto, lo que dificulta la conciliación del sueño, algo que no se recuerda en el país desde 2006.
Los medios destacan cómo los efectos de la ola de calor se dejan sentir especialmente en Londres, donde conspiran con el termómetro la intensa humedad, la ausencia de aparatos de aire acondicionado -normalmente innecesarios- e incluso el metro, cuya escasa ventilación lo convierte en un desafío diario.
EFE