El juicio contra Francesco Schettino, ex capitán del crucero "Costa Concordia", comenzó el martes en la localidad italiana de Grosseto (Toscana) un año y medio después del naufragio de ese barco en el que murieron 32 personas, pero fue inmediatamente postergado debido a una huelga de abogados.
Schettino, de 52 años, mostró señales de nerviosismo al presentarse en el tribunal, instalado en el Teatro Moderno de Grosseto debido a la gran afluencia que se prevé en los próximos meses.
La primera audiencia duró unos 15 minutos, tiempo suficiente para fijar una nueva fecha, el 17 de julio, para la apertura del proceso.
Este juicio, que incluye a 400 testigos y 250 partes civiles, podría durar varios meses.
Schettino podría ser el único en el banquillo de los acusados, pues las otras cinco personas inculpadas --el director de la unidad de crisis de Costa Cruceros, Robert Ferrarini, el timonel indonesio, Jacob Rusli Bin, y otros tres tripulantes-- obtuvieron la autorización de la fiscalía para tener una pena negociada. El juez debía determinarlas el lunes, pero la audiencia fue postergada al 20 de julio debido a la huelga.
Daniele Bocciolini, abogado de partes civiles, está convencido de que el tribunal no aceptará todas las penas negociadas.
"El problema no es solamente la maniobra, sino la confusión en el momento del abandono. Nosotros esperamos llegar a la verdad, algo que no es fácil con un proceso tan mediático", indicó el abogado.
"Hay que lograr la justicia para las familias y los niños que despiertan durante la noche y sueñan que naufragan", agregó.
Este abogado afirmó que trató de "explicar a las familias que Schettino no es el único responsable".
Los habitantes de Grosetto muestran también cierta simpatía por el capitán. "Es demasiado fácil crucificar a Schettino", opinó María, de 28 años, al ser interrogada en un bar. "No todo es culpa suya", agregó Giacomo Melluso, que descargaba alimentos frente a un comercio.
El comandante está acusado de haber provocado el naufragio al pasar demasiado cerca de la costa y haber abandonado el barco en plena evacuación, mientras éste se inclinaba dramáticamente con los pasajeros que intentaban escapar en botes salvavidas.
Entre los 347 testigos de la acusación se encuentran Domnica Cemortan, una bailarina modalva que se encontraba en el puente de comando con Schettino en el momento del naufragio, y Gregorio De Falco, el jefe de la capitanía del puerto de Livorno, quien conminó enérgicamente al capitán a subir nuevamente a bordo del barco.
La noche del 13 de enero de 2012, el "Costa Concordia" chocó con un escollo cerca de la costa y naufragó en las rocas a pocas decenas de metros de la isla toscana de Giglio, llevando a bordo a 4.229 personas. Treinta y dos murieron, pero los cadáveres de dos nunca fueron encontrados.
AFP