Grupos musulmanes de Malasia pidieron hoy la expulsión del arzobispo Joseph Marino, el primer enviado del Vaticano en el país, por haber defendido el uso de "Alá" por parte de no musulmanes para referirse a Dios, informa la prensa local.
La protesta se produjo dos días después de que Marino, que lleva seis meses en el país, expresara sus disculpas personalmente al ministro de Asuntos Exteriores malasio, Anifah Aman, quien el lunes acusó al nuncio de inmiscuirse en los asuntos internos del país.
Docenas de personas se manifestaron delante de la embajada vaticana en Kuala Lumpur donde pidieron al Gobierno que eche al nuncio apostólico y el cese de relaciones diplomáticas con la Santa Sede, según el portal The Malaysia Insider.
"Queremos dejar claro que Marino es persona non-grata en Malasia y que debe irse", dijo Ibrahim Ali, el presidente de Perkasa, una de las organizaciones religiosas que convocó la protesta.
El presidente de Jati, Hasan Ali, otro de los convocantes, pidió el cierre de la nunciatura y añadió que aconsejará al Gobierno malasio que no es necesario que haya embajada vaticana en el país.
Las polémica empezó la semana pasada, cuando Marino mostró su respaldo a los argumentos de la Federación Cristiana de Malasia contra la idea de que el término "Alá" es exclusivo del islam y defendió su uso en la traducción de Biblias y textos religiosos.
El uso de la palabra "Alá" por los cristianos malasios e indonesios se remonta a la traducción al malayo de la Biblia por el misionero Francisco Javier, quien viajó por tierras asiáticas en el siglo XVI.
La controversia saltó cuando un diario católico local, "The Herald", empezó a usar el vocablo, lo que provocó la prohibición por parte de las autoridades que alegan que la ley prohíbe el uso de los términos del islam a los que no profesan esta religión.
Sin embargo, el Tribunal Supremo dio en 2009 la razón al rotativo, lo que provocó una oleada de violencia contra iglesias cristianas por parte de grupos radicales.
A pesar de la decisión judicial, en enero el sultán de Selangor, en el sur del país, prohibió a los cristianos utilizar "Alá" en sus escritos.
Cerca del 60 por ciento de los 28 millones de malasios practica el islam, en su mayoría moderado, mientras que el resto profesa el budismo (19%), cristianismo (9%), hinduismo (6%), taoísmo (2,6%) y religiones minoritarias.EFE