El tribunal especial estadounidense para la Vigilancia de Inteligencia Extranjera renovó la autorización de las agencias de seguridad para que recopilen ciertos datos telefónicos de usuarios fuera de EE.UU., según informó la Oficina del Director Nacional de Inteligencia (DNI) en un comunicado.
"El 6 de junio de 2013, el Director Nacional de Inteligencia desclasificó cierta información acerca de este programa de recolección de metadatos telefónicos con el fin de ofrecer al público una mayor y equilibrada comprensión del programa", recuerda la nota.
"En consonancia con su decisión de desclasificación previa y teniendo en cuenta el interés público y permanente en el programa de recolección de metadatos telefónicos, el DNI ha decidido desclasificar y divulgar públicamente que el Gobierno presentó ante el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera la renovación de la autorización para recopilar metadatos de telefonía, y que el Tribunal renovó esa autoridad", añade.
Según explica el comunicado, la Administración está llevando a cabo una revisión minuciosa para ver en qué medida la información o los documentos relativos a este programa pueden ser desclasificados sin poner en peligro la protección de la seguridad nacional.
La autorización de la Ley para la Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA, por su sigla en inglés) expiraba hoy.
Esta legislación, antes secreta, ha saltado a las portadas de los periódicos después de que el excontratista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por su sigla en inglés) Edward Snowden hiciera público que el Gobierno de Estados Unidos estaba recopilando datos privados de los usuarios, tanto dentro como fuera del país.
El Gobierno estadounidense defendió la existencia de los dos programas filtrados por Snowden, y ha insistido en que su ejecución está respaldada por las leyes de Estados Unidos y es necesaria porque ha logrado evitar numerosos ataques terroristas contra el país.
Tras sus revelaciones, el joven huyó del país a Hong Kong ante la posibilidad de que se presentaran cargos en su contra, que más tarde se hicieron efectivos.
Ahora se encuentra en la terminal internacional del aeropuerto de Moscú (Rusia) desde donde espera que se le ofrezca asilo político temporal para viajar posteriormente de manera legal a alguno de los países latinoamericanos que le han ofrecido protección.
EFE