El Pentágono afirmó el martes que revisará la seguridad en sus instalaciones militares tras el tiroteo que dejó 12 muertos en una base de la Marina en Washington, que llevó al presidente Barack Obama a plantear el temor de que estos incidentes se vuelvan un "ritual".
Obama, que instó el martes al Congreso a avanzar en la reforma del control de armas, se dijo preocupado de que "esto se convierta en un ritual que atravesamos cada tres, cuatro meses, con estos horribles tiroteos".
"Todos expresan un comprensible horror. Todos abrazamos a las familias... y no estamos dispuesto a tomar algunas medidas básicas", agregó en una entrevista con la televisión de habla hispana Telemundo.
La jornada de luto no impidió el estallido de una polémica con la revelación de un informe del Pentágono que apunta fallos en los controles de acceso a edificios de la Marina.
El documento indica que la Marina obvió controles de seguridad en varias bases para ahorrar recursos. También se señala que 52 personas con antecedentes penales se beneficiaron de una autorización de seguridad para trabajar en estas instalaciones.
La información fue revelada por la revista Time y su tenor fue confirmado a la AFP por un alto responsable del Pentágono.
La Marina pretende ahora realizar dos "revisiones físicas de seguridad" en las bases, dijo un responsable de la institución en un correo electrónico enviado a la AFP.
El atacante, abatido por la policía, fue identificado por el FBI como Aaron Alexis, un afroestadounidense de 34 años residente de Fort Worth (Texas, centro-sur).
Un responsable de Defensa indicó a la AFP que Alexis pudo "ingresar (al edificio) por medios legítimos".
Un ex soldado con antecedentes de violencia
Sin embargo, las primeras informaciones sobre el pasado de este exreservista de la Marina y sus problemas de comportamiento plantean la interrogante de cómo pudo haberse producido el ataque -el peor en una instalación militar estadounidense desde el asesinato de 13 militares en Fort Hood, Texas, en 2009- en pleno corazón de la capital federal.
"Se trata de uno de los lugares más seguros del país. Y cómo pudo esto llegar a pasar sobrepasa el entendimiento", dijo a la CNN el alcalde de Washington, Vincen Gray.
"Es difícil de creer que una persona cualquiera como este hombre haya podido obtener las autorizaciones y las calificaciones para entrar a la base", agregó.
Alexis era conocido por practicar la meditación, pero también por sus ataques de ira. Fue arrestado en 2004 en Seattle (Washington, oeste) por disparar a los neumáticos de un automóvil fuera de su casa, y en 2010 en Texas por disparar al techo de su vecino.
La Marina, donde sirvió desde 2007 a 2011, le imputaba varios episodios de mala conducta e insubordinación, y buscó despedirlo.
Sin embargo, no fue objeto de ningún procedimiento judicial y abandonó el uniforme con honores al año siguiente, dijo el martes un funcionario de la Marina.
Su padre había evocado los "problemas (de su hijo) para controlar su ira" y había hecho referencia a estrés postraumático desde los atentados del 11 de setiembre de 2001, según un informe de la Policía publicado en el sitio Seattle.gov
Al momento del tiroteo, Alexis trabajaba como informático para un subcontratista encargado de la actualización de la red interna (intranet) de la Marina.
Habilitación de seguridad
Por su tarea, Alexis tenía una habilitación de seguridad para trabajar en el Edificio 197 de la Marina, en el cual entró el lunes a las 08H20 locales (12H20 GMT) y donde abrió fuego.
Los procedimientos de habilitación de seguridad están concebidos para "determinar si una persona presenta un riesgo potencial de espionaje", no para "descalificar" a un individuo que haya podido cometer un delito menor años atrás, explicó a la AFP un responsable del Pentágono.
Los motivos del atacante aún no se conocen y la policía pide a la población ayuda para obtener información sobre "sus movimientos recientes, sus contactos y sus conocimientos", explicó Valerie Parlave, responsable del FBI encargada de la investigación.
El alcalde de Washington se negó a especular sobre los motivos de ataque, pero hizo referencia a los recortes del presupuesto que afectan al gobierno federal y a la Defensa, y que podrían haber provocado una baja en la seguridad en el complejo de edificios llamado Washington Navy Yard, donde trabajan unas 3.000 personas.
"Escatimamos (en los controles) de cierta manera. (...) Esto pone en peligro a la gente. Doce personas pagaron el precio", dijo Gray.
Obama, que instó el martes al Congreso a avanzar en la reforma del control de armas, se dijo preocupado de que "esto se convierta en un ritual que atravesamos cada tres, cuatro meses, con estos horribles tiroteos".
"Todos expresan un comprensible horror. Todos abrazamos a las familias... y no estamos dispuesto a tomar algunas medidas básicas", agregó en una entrevista con la televisión de habla hispana Telemundo.
La jornada de luto no impidió el estallido de una polémica con la revelación de un informe del Pentágono que apunta fallos en los controles de acceso a edificios de la Marina.
El documento indica que la Marina obvió controles de seguridad en varias bases para ahorrar recursos. También se señala que 52 personas con antecedentes penales se beneficiaron de una autorización de seguridad para trabajar en estas instalaciones.
La información fue revelada por la revista Time y su tenor fue confirmado a la AFP por un alto responsable del Pentágono.
La Marina pretende ahora realizar dos "revisiones físicas de seguridad" en las bases, dijo un responsable de la institución en un correo electrónico enviado a la AFP.
El atacante, abatido por la policía, fue identificado por el FBI como Aaron Alexis, un afroestadounidense de 34 años residente de Fort Worth (Texas, centro-sur).
Un responsable de Defensa indicó a la AFP que Alexis pudo "ingresar (al edificio) por medios legítimos".
Un ex soldado con antecedentes de violencia
Sin embargo, las primeras informaciones sobre el pasado de este exreservista de la Marina y sus problemas de comportamiento plantean la interrogante de cómo pudo haberse producido el ataque -el peor en una instalación militar estadounidense desde el asesinato de 13 militares en Fort Hood, Texas, en 2009- en pleno corazón de la capital federal.
"Se trata de uno de los lugares más seguros del país. Y cómo pudo esto llegar a pasar sobrepasa el entendimiento", dijo a la CNN el alcalde de Washington, Vincen Gray.
"Es difícil de creer que una persona cualquiera como este hombre haya podido obtener las autorizaciones y las calificaciones para entrar a la base", agregó.
Alexis era conocido por practicar la meditación, pero también por sus ataques de ira. Fue arrestado en 2004 en Seattle (Washington, oeste) por disparar a los neumáticos de un automóvil fuera de su casa, y en 2010 en Texas por disparar al techo de su vecino.
La Marina, donde sirvió desde 2007 a 2011, le imputaba varios episodios de mala conducta e insubordinación, y buscó despedirlo.
Sin embargo, no fue objeto de ningún procedimiento judicial y abandonó el uniforme con honores al año siguiente, dijo el martes un funcionario de la Marina.
Su padre había evocado los "problemas (de su hijo) para controlar su ira" y había hecho referencia a estrés postraumático desde los atentados del 11 de setiembre de 2001, según un informe de la Policía publicado en el sitio Seattle.gov
Al momento del tiroteo, Alexis trabajaba como informático para un subcontratista encargado de la actualización de la red interna (intranet) de la Marina.
Habilitación de seguridad
Por su tarea, Alexis tenía una habilitación de seguridad para trabajar en el Edificio 197 de la Marina, en el cual entró el lunes a las 08H20 locales (12H20 GMT) y donde abrió fuego.
Los procedimientos de habilitación de seguridad están concebidos para "determinar si una persona presenta un riesgo potencial de espionaje", no para "descalificar" a un individuo que haya podido cometer un delito menor años atrás, explicó a la AFP un responsable del Pentágono.
Los motivos del atacante aún no se conocen y la policía pide a la población ayuda para obtener información sobre "sus movimientos recientes, sus contactos y sus conocimientos", explicó Valerie Parlave, responsable del FBI encargada de la investigación.
El alcalde de Washington se negó a especular sobre los motivos de ataque, pero hizo referencia a los recortes del presupuesto que afectan al gobierno federal y a la Defensa, y que podrían haber provocado una baja en la seguridad en el complejo de edificios llamado Washington Navy Yard, donde trabajan unas 3.000 personas.
"Escatimamos (en los controles) de cierta manera. (...) Esto pone en peligro a la gente. Doce personas pagaron el precio", dijo Gray.