El pasado 16 de noviembre comenzó la campaña para las elecciones municipales que se llevarán a cabo en el país el próximo 8 de diciembre.
La crisis económica, la muerte del presidente Chávez y las nuevas candidaturas han jugado un papel importante en el discurso del oficialismo y de la oposición.
Evaluación de resultados
El politólogo Heiber Barreto asegura que a pesar de que técnicamente las elecciones del 8D no son una contienda para medir la popularidad y aceptación del presidente Nicolás Maduro, la oposición ha querido mostrarlo así y el Gobierno ha respaldado este hecho "postulando" el legado a Chávez con el uso constante de su imagen y los llamados de "lealtad" con el decreto el 8 de diciembre como Día de la Lealtad y el Amor a Chávez. En general, Barreto indica que "hay una competencia para ver quién impone su criterio para evaluar los resultados del 8 de diciembre".
Sin embargo, el especialista en comunicación y política, Andrés Cañizalez, considera ha sido un "intento fallido" por parte de la oposición el querer ubicar la contienda como un plebiscito en el que se evalúe la gestión de Maduro. "A pesar de que la gente en general evalúe mal a Maduro se está entendiendo que se está eligiendo a alcaldes y no se está votando por Maduro".
Fans por militantes
Cañizalez explica que la estrategia del Gobierno en las grandes ciudades con el uso de los "candidatos artistas", como Winston Vallenilla y "El Potro" Álvarez es restarle votos a la oposición "para que crezca la posibilidad de que Ernesto Villegas sea el candidato metropolitano", indica y agrega que "son municipios donde el Gobierno no la tiene fácil y no se está buscando ganar".
Barreto señala que se ha repetido la estrategia usada por Maduro para las elecciones de abril en las que, según afirma, el Presidente "ha trucado fans por militantes (...) Ha dejado a las bases chavistas con un gran descontento, pues ha pasado por encima de la voluntad popular con esa estrategia", dice.
Elecciones primarias
Sobre esto, Barreto hace referencia al hecho que de que ya se había realizado en febrero de 2013 una primera ronda de postulaciones de precandidatos en el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), la cual quedó descartada con la muerte de Chávez. "Esto fue un duro golpe a la moral de los militantes, pues se siente que se cercenó el derecho a la participación", asegura y agrega que la oposición "no ha explotado lo suficiente el hecho de que sus candidatos "mal que bien" vienen de unas elecciones primarias".
Medidas económicas
Cañizalez considera que "el Gobierno se jugó una carta fuerte" con la medida de las fiscalizaciones a comercios y asegura que es "una clara estrategia de incidir en las elecciones".
"Maduro llevaba 5 meses arrinconado contra las cuerdas por la situación económica y política y ha sacado un aire tremendo contra la oposición con las medidas de implementar un sistema de control de ganancias y precios justos que ha generado un efecto positivo en la población en general y en el chavismo", dice Barreto y señala que esto "ha elevado la moral del pueblo, pues se da la impresión de que se cuenta con un Presidente que entiende al pueblo".
La crisis económica, la muerte del presidente Chávez y las nuevas candidaturas han jugado un papel importante en el discurso del oficialismo y de la oposición.
Evaluación de resultados
El politólogo Heiber Barreto asegura que a pesar de que técnicamente las elecciones del 8D no son una contienda para medir la popularidad y aceptación del presidente Nicolás Maduro, la oposición ha querido mostrarlo así y el Gobierno ha respaldado este hecho "postulando" el legado a Chávez con el uso constante de su imagen y los llamados de "lealtad" con el decreto el 8 de diciembre como Día de la Lealtad y el Amor a Chávez. En general, Barreto indica que "hay una competencia para ver quién impone su criterio para evaluar los resultados del 8 de diciembre".
Sin embargo, el especialista en comunicación y política, Andrés Cañizalez, considera ha sido un "intento fallido" por parte de la oposición el querer ubicar la contienda como un plebiscito en el que se evalúe la gestión de Maduro. "A pesar de que la gente en general evalúe mal a Maduro se está entendiendo que se está eligiendo a alcaldes y no se está votando por Maduro".
Fans por militantes
Cañizalez explica que la estrategia del Gobierno en las grandes ciudades con el uso de los "candidatos artistas", como Winston Vallenilla y "El Potro" Álvarez es restarle votos a la oposición "para que crezca la posibilidad de que Ernesto Villegas sea el candidato metropolitano", indica y agrega que "son municipios donde el Gobierno no la tiene fácil y no se está buscando ganar".
Barreto señala que se ha repetido la estrategia usada por Maduro para las elecciones de abril en las que, según afirma, el Presidente "ha trucado fans por militantes (...) Ha dejado a las bases chavistas con un gran descontento, pues ha pasado por encima de la voluntad popular con esa estrategia", dice.
Elecciones primarias
Sobre esto, Barreto hace referencia al hecho que de que ya se había realizado en febrero de 2013 una primera ronda de postulaciones de precandidatos en el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), la cual quedó descartada con la muerte de Chávez. "Esto fue un duro golpe a la moral de los militantes, pues se siente que se cercenó el derecho a la participación", asegura y agrega que la oposición "no ha explotado lo suficiente el hecho de que sus candidatos "mal que bien" vienen de unas elecciones primarias".
Medidas económicas
Cañizalez considera que "el Gobierno se jugó una carta fuerte" con la medida de las fiscalizaciones a comercios y asegura que es "una clara estrategia de incidir en las elecciones".
"Maduro llevaba 5 meses arrinconado contra las cuerdas por la situación económica y política y ha sacado un aire tremendo contra la oposición con las medidas de implementar un sistema de control de ganancias y precios justos que ha generado un efecto positivo en la población en general y en el chavismo", dice Barreto y señala que esto "ha elevado la moral del pueblo, pues se da la impresión de que se cuenta con un Presidente que entiende al pueblo".