Los habitantes de la ciudad de Sao Paulo sufren sofocantes temperaturas, que en enero llegaron a ser las más elevadas para ese mes desde los años 1970, y la ausencia de lluvias podría llevar al racionamiento del agua.
Los meteorólogos registraron el sábado por la tarde un pico de 35,8 grados Celsius, un récord histórico para febrero desde que en 1943 comenzaron a llevarse registros, y el Instituto de Meteorología Inmet señaló el domingo que la ola de calor puede continuar.
La gigantesca metrópoli de 20 millones de habitantes ha estado trabajando bajo condiciones de cocción desde el comienzo del año. El pasado mes de enero, con temperaturas medias de 31,9 grados Celsius, fue el más caliente en 71 años.
Las reservas de agua que sirven a la ciudad están en sus niveles más bajos desde los años 1980, y la compañía Sabesp indicó que no descarta la posibilidad de imponer un racionamiento del líquido. AFP