Al menos 400 familias de la etnia wayúu del barrio La Pendal, en el sector La Ciénaga del estado Zulia, denuncian ser víctimas del "bachaqueo", delito que ha desmantelado el abastecimiento de alimentos en la frontera colombo-venezolana.
Aunque algunos los señalan como cómplices de los "bacahaqueros", ellos se defienden y dicen estar cansados de hacer colas y salir todos los días a intentar conseguir productos en los supermercados y abastos sin encontrarlos. No consiguen productos básicos como la leche y los pañales para sus hijos.
“Esto nunca se había visto, no tiene explicación la gran cantidad de comida que están sacando para allá (Colombia). Un guajiro no tiene tanto dinero para facturar tantos camiones llenos de alimentos, eso es una mafia”, asegura Robinson Valbuena, un vecino del sector, en entrevista con Panorama.
Exigen a quienes se dedican al contrabando que paren esas acciones. "Dejen la comida de Venezuela en Venezuela", afirma Minerva Machado.
Algunos testimonios recogidos por el diario zuliano muestran lo que padece esta etnia:
“No soy bachaquera, pero tengo que salir a comprar la comida de mis hijos y me insultan. Yo trabajo en Guarero, pero tengo que estar pidiendo permiso para venir a Maracaibo a ver qué consigo. Paso todo el día buscando leche y no voy a pagar 300 bolívares por un pote. No pago eso, están robando a todo el mundo”, dijo Emelina González.
Su forma de vestir también les ha causado inconvenientes: "Es que solamente con ver que uno viste de manta ya piensan que estamos sacando la comida para revenderla. No, hay mucha gente wayúu que no está de acuerdo con eso, nosotros padecemos este problema igual que todos. No tenemos comida, pero otros se la están llevando para hacer negocios, acotó Diani Machado.
“No conseguimos ni los pañales”
“No se consiguen los pañales para recién nacido, mi hijo tiene que caminar todo el día para conseguir. Tampoco hay talco ni champú, le tuve que lavar la cabeza a mi nieta con jabón de ropa. Tampoco hay desodorantes, nada, pero busquen en Colombia. Allá está todo”, declaró Minerva Machado.
“Estamos como en un laberinto”
“Esto es como una guerra fría, algo desesperante porque por un lado no se consigue la comida, con mucho sacrificio se logra un poquito en el Mercalito de la comunidad, pero en los abastos todo está muy caro. Estamos como en un laberinto, aunque no se den cuenta” , indicó Jesús Delgado.
“Nuestro pan está en el piso, en Maicao”
“Paren este problema. En Maicao, en el piso, allá tienen todo lo que debe ser para nosotros. Da lástima ver nuestro pan de cada día allá, amontonado por cantidades. En Caracas todavía se puede ir a un mercado y conseguir productos, pero en el Zulia estamos sufriendo”, exclamó Liliana Machado.
