Al menos 12 personas, diez de ellas agentes, han muerto en los enfrentamientos registrados hoy entre las fuerzas policiales filipinas y miembros del grupo rebelde comunista Nuevo Ejercito del Pueblo (NEP) en el sur del país, mientras que otras 8 personas resultaron heridas.
Tras el ataque, una fuerza conjunta de policías y militares que había ido tras los rebeldes con el apoyo de cuatro helicópteros consiguió dar con ellos y mató a dos de los insurgentes en el nuevo fuego cruzado que se desató.
Una horas después, una mina antipersona colocada por el NEP explotó al paso de un batallón de infantería que había sido enviado a la zona como refuerzo y causó la muerte de siete soldados e hirió a otros siete.
La semana pasada, 17 militares y civiles resultaron heridos en la explosión de otra mina de los rebeldes comunistas explotó en el municipio de Bansalan, en el sur de Filipinas.
Las ambulancias que acudieron al rescate de los heridos también fueron atacadas con explosivos.
El NEP, brazo armado del ilegal Partido Comunista de Filipinas, cuenta con unos 6.000 combatientes regulares y lleva cerca de 45 años alzado en armas contra las fuerzas gubernamentales, en un conflicto que ha causado cerca de 30.000 muertos. EFE