Un equipo de investigadores franceses ha logrado fabricar una nuevo material diez veces más tenaz que la cerámica e inspirado en el nácar de los haliótidos, pequeños moluscos conocidos también con el nombre de "orejas de mar".
El hallazgo, que se publica en la revista científica "Nature" y del que ha informado hoy el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS), abre la posibilidad a que el nuevo material se aplique industrialmente en numerosas áreas, por ejemplo, para reducir el tamaño de las piezas cerámicas en los motores o en sistemas de blindaje.
Su característica más importante es la tenacidad, es decir, su capacidad para soportar una fisura sin romperse, pues resulta hasta diez veces más tenaz que la cerámica tradicional o artificial, combinada con aluminio.
Para generar este "nácar artificial" aún sin nombre propio, científicos del laboratorio de síntesis de cerámicas de Saint-Gobain y de dos laboratorios de la Universidad Claude Bernard de Lyon partieron de un polvo de cerámica corriente, con aluminio.
Ese polvo se colocó en suspensión en el agua para obtener la estructura laminada del nácar. Se congeló para generar un "crecimiento controlado de los cristales de hielo", que hizo que el aluminio se autoensamblase en placas, y fue sometido después a un proceso de densificación a altas temperaturas, explicó el CNRS.
Este "nácar artificial" podría resultar de gran utilidad si se industrializa, pues es capaz de soportar temperaturas de hasta 600 grados centígrados, mientras que los polímeros solo aguantan 300 °C.
Además, la industrialización de ese proceso no debería presentar dificultades ni grandes costes, añadió el CNRS.
El nuevo material resulta muy tenaz, pero a la vez es poco flexible, por lo que sus creadores piensan que es idóneo para piezas con formas sencillas. De ahí que se vislumbre su aplicación en motores.
"Las prótesis de cerámica en medicina, por ejemplo, tiene formas muy particulares y este material es muy rígido y por ahora es más fácil producir piezas como láminas o discos", explicó a Efe Sylvain Deville, investigador del CNRS. EFE