El expresidente del Gobierno, Adolfo Suárez, hombre clave en la transición política española, falleció hoy en Madrid a los 81 años de edad, después de sufrir durante años la enfermedad de Alzheimer.
Político clave en el paso pacífico desde dictadura a la democracia en España, nació en la provincia de Ávila (centro), el 25 de septiembre de 1932.
Licenciado en Derecho, participó desde muy joven en la vida política, junto a los considerados "reformistas" del régimen franquista.
En 1975 formó parte del primer gobierno de la monarquía tras la muerte de Franco, como ministro Secretario General del Movimiento (el único partido legal del régimen), bajo la presidencia de Carlos Arias Navarro.
Tras la dimisión de Arias en julio de 1976, el rey Juan Carlos lo nombró presidente del Gobierno, convirtiéndose entonces en hombre de confianza del monarca e impulsor de la reforma política que acabó con la dictadura.
LEY DE AMNISTÍA, LEGALIZACIÓN DE LOS PARTIDOS Y SINDICATOS
Durante su mandato se aprobó la ley de amnistía, se legalizaron todos los partidos y sindicatos y se convocaron elecciones libres el 15 de junio de 1977.
Para esos comicios, Suárez impulsó la coalición Unión de Centro Democrático (UCD), con diversos grupos que apostaban por una transición "tranquila" hacia la democracia.
Tras el triunfo electoral de UCD, formó el primer gobierno de la democracia.
En esa legislatura se firmaron los Pactos de la Moncloa, suscritos por los partidos con representación parlamentaria que permitieron a España salir de una complicada situación económica.
Además, el Parlamento redactó una nueva Constitución, ratificada por referéndum el 6 de diciembre de 1978.
Todo este proceso se vio amenazado por el terrorismo, especialmente activo en diciembre de 1976 y enero de 1977.
Tras las elecciones del 1 de marzo de 1979, en las que UCD revalidó su triunfo, Suárez se convirtió en el primer Presidente de Gobierno constitucional.
Las críticas a su gestión por parte de diversos sectores sociales y políticos y la crisis permanente en su partido, le llevaron a dimitir como jefe del Ejecutivo el 29 de enero de 1981.
Un mes después, durante la investidura del nuevo presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo, se produjo el intento de golpe de estado, con el asalto al Congreso de los diputados el 23 de febrero.
CONDECORACIONES POR SU LABOR A FAVOR DE LA DEMOCRACIA
A su salida del Ejecutivo siguió su abandono de UCD y en mayo de 1982 fundó un nuevo partido, el Centro Democrático y Social (CDS), por el que fue elegido diputado por Madrid en octubre de ese año.
Entonces, Suárez adquirió relevancia internacional como vicepresidente de la Internacional Liberal y Progresista, de la que fue presidente (1989-1991).
Sin embargo, frente a esta actividad internacional, en España el expresidente se distinguió por sus pocas apariciones públicas y escasa presencia en los medios de comunicación, hasta que renunció a la presidencia del partido y a su escaño de diputado en octubre de 1991.
Reapareció en 2003, en un acto político de apoyo a la candidatura de su hijo, Adolfo Suarez Illana, a la presidencia del gobierno regional de Castilla-La Mancha por el conservador Partido Popular.
Desde entonces no volvió a aparecer en público, por razones de salud, ya que padecía una enfermedad neurológica degenerativa.
Adolfo Suárez posee múltiples condecoraciones que reconocen su labor política a favor de la democracia y la reconciliación nacional, entre ellas, el Collar de la Insigne orden del Toisón de Oro, la orden dinástica de mayor prestigio del mundo, que le fue entregado por los Reyes en 2008 en un acto privado.
Fuera de la política, fue presidente de la Fundación CEAR-Consejo de Apoyo a los Refugiados (1996-2001) y presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo (2001-2004).
Desde 2009 Adolfo Suárez fue hospitalizado en varias ocasiones por afecciones leves.
La última hospitalización se produjo el 17 de marzo y cuatro días después, su hijo afirmó en rueda de presenta que su estado de salud era grave y anunció que "el desenlace es inminente".
EFE