Al menos 30 civiles y 20 soldados afganos murieron durante los últimos cuatro días en una ofensiva talibán que pretendía tomar el control de un distrito de la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán, dijo este martes una fuente oficial.
Los ataques comenzaron el pasado sábado cuando cerca de un millar de talibanes intentaron tomar el control del distrito de Sangin, aunque finalmente las fuerzas de seguridad afganas los lograron repeler, afirmó el portavoz del gobernador provincial, Omar Zwak.
"Cuarenta civiles y veinte soldados resultaron heridos", añadió Zwak, quien aseguró que la ofensiva provocó también que unas 2.000 familias tuvieran que abandonar sus hogares.
Los talibanes, que fueron expulsados de la zona, perdieron a 35 de los suyos en los ataques, mientras que otros 40 resultaron heridos, explicó el portavoz, quien detalló que gran parte de los cadáveres de los islamistas continúan en el campo de batalla.
Los insurgentes no se han pronunciado sobre la operación en Sangin, aunque revelaron en su página web el ataque a tres puestos de control en el vecino distrito de Kajaki, en el que mataron a 15 "marionetas", término con el que se refieren a las fuerzas de seguridad afganas.
El conflicto en Afganistán se halla en uno de sus momentos más sangrientos desde la invasión de EEUU que propició la caída del régimen talibán hace doce años.
Las tropas internacionales comenzaron en 2011 a retirarse gradualmente de Afganistán y a transferir por fases la competencia de la seguridad al Ejército y Policía afganos.
La ISAF concluirá su misión en Afganistán a finales de este año, pero Estados Unidos ha anunciado que mantendrá unos 9.800 soldados en el país hasta completar su salida total a finales de 2016.
EFE