Con pancartas en las puertas y sin pacientes en sus instalaciones se encuentra el Instituto de Hematología y Oncología tras su cierre. Esta institución, que opera en los espacios de la Universidad Central de Venezuela pero actúa como dependencia del Ministerio de Salud, detuvo su atención al público ante la falta de los insumos necesarios para atender a los pacientes con cáncer e inmunodeprimidos. Así lo declararon trabajadores del Instituto.
Ante esta situación, representantes del centro de salud acudieron este jueves a la Asamblea Nacional para pedir apoyo y exponer los conflictos que motivaron el cierre. La comitiva fue atendida por los miembros de la Subcomisión de Salud y Seguridad Social del parlamento, quienes se comprometieron a pautar una reunión simultánea con las autoridades del Ministerio para la Salud, en la que pudieran buscar soluciones para la reapertura del Instituto. La fecha, sin embargo, no fue establecida.
Las razones del cierre
Anna Angarita, bionalista, insistió en que el cierre del Instituto no fue motivado por razones políticas ni salariales, sino que responde a la necesidad de brindar un servicio de calidad a los pacientes. “No contamos con las condiciones mínimas puesto que hay pocos insumos y ahora se dañó el aire acondicionado central (…) los pacientes pasan hasta ocho horas en sus quimioterapias y algunos vomitan con el calor”.
Marisela Morales, jefa del servicio de Hematología, denunció que este centro de salud no recibe presupuesto desde 2006 e hizo un llamado al Ministerio para la Salud de atender a esta situación. “Los únicos afectados con todo esto son los pacientes, no se trata de nosotros, los trabajadores, sino de los enfermos con cáncer”, reiteró Angarita.
En el Instituto de Hematología y Oncología atienden al rededor de 130 pacientes diarios en consultas, y se administran en promedio 50 a 60 tratamientos de quimioterapia diarios.
GLOBOVISION