AFP) – Los familiares y amigos de las víctimas del vuelo de Malaysia Airlines que se estrelló el jueves en Ucrania intentaban el viernes asimilar la trágica pérdida y exigían una investigación exhaustiva.
El país amaneció en estado de shock, con banderas a media asta como símbolo de duelo, por la muerte de al menos 154 pasajeros holandeses que estaban en el vuelo siniestrado MH17, en el que viajaban 298 personas.
“Espero que las autoridades realicen una investigación exhaustiva sobre lo que sucedió”, dijo a la AFP Sander Esser, que ha perdido a varios familiares en el accidente.
En el avión viajaban el hermano de Esser, Peter, de 66 años, su mujer, Jolette Nuesink, de 60, y sus dos hijos, Emma, de 20 años y Valentijn, de 17.
La imagen de Nuesink dio la vuelta al mundo después de que su pasaporte, encontrado entre los restos del avión, se publicara en las redes sociales con todos sus datos visibles.
La familia Esser iba de vacaciones a la Isla de Borneo, en el sureste asiático, para pasar tres semanas en la jungla con un grupo de amigos.
“Hablé con mi hermano 20 minutos antes del embarque del vuelo”, dijo Esser consternado y añadió entre lágrimas que no podía decir lo que le dijo.
El hermano de Esser era un jubilado que había trabajado en la industria de las telecomunicaciones holandesa y “todavía tenía muchos planes”.
La mujer de Peter Esser, Jolette, era una psicóloga clínica que tenía su propia consulta y trabajaba con víctimas traumatizadas por la guerra.
Una pérdida para la lucha contra el sida
En el vuelo también viajaba el antiguo presidente de la Sociedad Internacional del Sida, Joep Lange, que acudía junto a otros 100 pasajeros a Melbourne para la 20º Conferencia Internacional sobre Sida, según la prensa.
“Su objetivo en la vida era la lucha contra el sida”, dijo un amigo de Lange, Jaap Goudsmit. “Era un hombre caritativo y no podía soportar ver como tantos jóvenes morían por esa enfermedad”, añadió.
Joep Lange tenía cinco hijos y viajaba con su mujer. “Es una gran pérdida para el mundo de la lucha contra el sida, para Holanda y para mí”, dijo Goudsmit.
La historia de una pareja de floristas, Cor Schilder, de 33 años y Neeltje Tol, de 30, también dio la vuelta al mundo el jueves por la noche.
A punto de embarcar, Cor sacó una foto del avión y la publicó en Facebook poniendo: “Así es el avión, por si fuera a desaparecer”.
Cor, que iba de vacaciones a la playa de Malasia con su pareja, publicó la foto haciendo una broma sobre el avión desaparecido hace unos meses de la misma compañía sin imaginarse el funesto destino que le esperaba.
Otra familia que estaba en el avión es la de la propietaria de dos conocidos restaurantes chinos de Rotterdam, Jenny Loh, de 54 años. Viajaba con su madre y su marido, Shun Po Fan, un chef de 60 años.
Su único hijo, Kevin, recibió al resto de la familia el jueves por la noche en uno de los restaurantes, el Dim Daily. “Tengo que ser fuerte por mi familia”, dijo citado por el diario Algemeen Dagblad.
Jenny Loh vivía en Holanda desde hacía varias décadas y sus restaurantes tenían muy buenas críticas culinarias.