El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el movimiento islamista Hamás se comprometieron este viernes a respetar un alto el fuego de al menos 12 horas, mientras la comunidad internacional trata de convencer a las partes de que acepten una tregua humanitaria de una semana.
Así lo comunicó el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, durante una rueda de prensa, poco después de que el Gabinete israelí anunciara su decisión de rechazar la propuesta de una semana sin hostilidades.
"No hay un acuerdo todavía sobre un alto el fuego porque hay diferencias sobre la terminología y el marco", afirmó sobre la decisión de Netanyahu.
La televisión Al Qasa y la agencia de noticias Al Ray, afines a Hamás, aseguran, por su parte, que el citado cese de hostilidades entrará en vigor a las 7:00 horas local (4:00 GMT).
Para atar esos últimos flecos, está previsto que mañana se reúnan en París el propio Kerry con sus colegas de Francia, Alemania, Reino Unido, Qatar, Turquía y la UE, entre otros mediadores, informó una fuente diplomática francesa.
Horas antes, el gabinete de Seguridad israelí había alejado la posibilidad de un alto el fuego humanitario al rechazar la propuesta de tregua presentada en El Cairo.
Nada más conocerse la noticia, aviones caza y fragatas de combate apostadas en el Mediterráneo comenzaron a bombardear de nuevo con gran intensidad Gaza, donde en 18 días de ofensiva han muerto más de 850 palestinos, en su mayoría civiles.
Según el diario progresista "Haaretz", los miembros del Gabinete habían decidido continuar con las operaciones bélicas mientras discutían cómo enmendar la propuesta del jefe de la diplomacia norteamericana "para hacerla más favorable a Israel".
Hace dos días, el movimiento islamista Hamás se había mostrado favorable a un alto el fuego por razones humanitarias, siempre y cuando se acepten sus dos principales reivindicaciones.
La primera y más importante, el fin del bloqueo económico y el asedio militar que Israel impone a la Franja y la apertura del paso de Rafah, que Egipto mantiene sellado desde hace un año.
El Gobierno israelí exige, por su parte, que ese movimiento islamista se desarme, condición que su líder, Jaled Meshal, dijo que no se cumplirá mientras Israel siga armado.
El jefe de la diplomacia norteamericana llegó esta semana a la región con el mandato expreso del presidente, Barack Obama, de poner fin a una ofensiva que arrancó el pasado 8 de julio y que desde entonces ha segado la vida de cerca de 200 niños.
Alrededor de 550 de esas personas desde que hace solo una semana el Ejército israelí emprendiera una cruenta incursión terrestre en la que también han muerto 35 soldados, los dos últimos anunciados oficialmente esta misma tarde.
Según un comunicado de la oficina castrense, el último de los uniformados caídos pereció en un combate entablado cerca de una escuela de la ONU en el centro de Gaza, escenario hoy de nuevos bombardeos.
Hace dos días, Israel disparó contra una escuela-albergue de la ONU -que había sido desalojada horas antes- en la zona de Deir el Balah, en el centro de la Franja, sin causar bajas.
Ayer, 17 personas, entre ellas tres trabajadores de la ONU, murieron en un ataque, atribuido a Israel, contra otra escuela de Naciones Unidas, durante combates en el norte de la Franja.
Los combates en la zona impidieron este viernes que un equipo de la ONU, en el que participaba un experto internacional, pudiera llegar a la escuela para inspeccionar las causas sobre el terreno, pese a que se había pasado toda la información al Ejército israelí.
Las repercusiones de la situación en Gaza se dejaron sentir este viernes con intensidad en Cisjordania mediante numerosas protestas a lo largo de todo el territorio en las que los palestinos rechazaron la invasión militar sobre la Franja y que se saldaron con la muerte de cuatro personas.
Dos de ellos perecieron en la localidad de Huwara, al sur de Nablus, tras una manifestación que desembocó en enfrentamientos con las fuerzas armadas israelíes.
Un portavoz de la policía israelí consultado por Efe admitió que en una de las dos muertes "podría estar involucrado un ciudadano israelí", aunque aseguró no poseer más detalles y adelantó que se había abierto una investigación sobre el caso.
Las otras dos víctimas se produjeron en altercados similares en las proximidades de la ciudad palestina de Hebrón, hechos sobre los que fuentes policiales afirmaron no tener datos.
Los incidentes se produjeron horas después de que un joven de 17 años muriera por un disparo en la cabeza durante una manifestación en la misma ciudad, en la que unas 10.000 personas mostraron su repulsa contra la intervención israelí en Gaza.
Así lo comunicó el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, durante una rueda de prensa, poco después de que el Gabinete israelí anunciara su decisión de rechazar la propuesta de una semana sin hostilidades.
"No hay un acuerdo todavía sobre un alto el fuego porque hay diferencias sobre la terminología y el marco", afirmó sobre la decisión de Netanyahu.
La televisión Al Qasa y la agencia de noticias Al Ray, afines a Hamás, aseguran, por su parte, que el citado cese de hostilidades entrará en vigor a las 7:00 horas local (4:00 GMT).
Para atar esos últimos flecos, está previsto que mañana se reúnan en París el propio Kerry con sus colegas de Francia, Alemania, Reino Unido, Qatar, Turquía y la UE, entre otros mediadores, informó una fuente diplomática francesa.
Horas antes, el gabinete de Seguridad israelí había alejado la posibilidad de un alto el fuego humanitario al rechazar la propuesta de tregua presentada en El Cairo.
Nada más conocerse la noticia, aviones caza y fragatas de combate apostadas en el Mediterráneo comenzaron a bombardear de nuevo con gran intensidad Gaza, donde en 18 días de ofensiva han muerto más de 850 palestinos, en su mayoría civiles.
Según el diario progresista "Haaretz", los miembros del Gabinete habían decidido continuar con las operaciones bélicas mientras discutían cómo enmendar la propuesta del jefe de la diplomacia norteamericana "para hacerla más favorable a Israel".
Hace dos días, el movimiento islamista Hamás se había mostrado favorable a un alto el fuego por razones humanitarias, siempre y cuando se acepten sus dos principales reivindicaciones.
La primera y más importante, el fin del bloqueo económico y el asedio militar que Israel impone a la Franja y la apertura del paso de Rafah, que Egipto mantiene sellado desde hace un año.
El Gobierno israelí exige, por su parte, que ese movimiento islamista se desarme, condición que su líder, Jaled Meshal, dijo que no se cumplirá mientras Israel siga armado.
El jefe de la diplomacia norteamericana llegó esta semana a la región con el mandato expreso del presidente, Barack Obama, de poner fin a una ofensiva que arrancó el pasado 8 de julio y que desde entonces ha segado la vida de cerca de 200 niños.
Alrededor de 550 de esas personas desde que hace solo una semana el Ejército israelí emprendiera una cruenta incursión terrestre en la que también han muerto 35 soldados, los dos últimos anunciados oficialmente esta misma tarde.
Según un comunicado de la oficina castrense, el último de los uniformados caídos pereció en un combate entablado cerca de una escuela de la ONU en el centro de Gaza, escenario hoy de nuevos bombardeos.
Hace dos días, Israel disparó contra una escuela-albergue de la ONU -que había sido desalojada horas antes- en la zona de Deir el Balah, en el centro de la Franja, sin causar bajas.
Ayer, 17 personas, entre ellas tres trabajadores de la ONU, murieron en un ataque, atribuido a Israel, contra otra escuela de Naciones Unidas, durante combates en el norte de la Franja.
Los combates en la zona impidieron este viernes que un equipo de la ONU, en el que participaba un experto internacional, pudiera llegar a la escuela para inspeccionar las causas sobre el terreno, pese a que se había pasado toda la información al Ejército israelí.
Las repercusiones de la situación en Gaza se dejaron sentir este viernes con intensidad en Cisjordania mediante numerosas protestas a lo largo de todo el territorio en las que los palestinos rechazaron la invasión militar sobre la Franja y que se saldaron con la muerte de cuatro personas.
Dos de ellos perecieron en la localidad de Huwara, al sur de Nablus, tras una manifestación que desembocó en enfrentamientos con las fuerzas armadas israelíes.
Un portavoz de la policía israelí consultado por Efe admitió que en una de las dos muertes "podría estar involucrado un ciudadano israelí", aunque aseguró no poseer más detalles y adelantó que se había abierto una investigación sobre el caso.
Las otras dos víctimas se produjeron en altercados similares en las proximidades de la ciudad palestina de Hebrón, hechos sobre los que fuentes policiales afirmaron no tener datos.
Los incidentes se produjeron horas después de que un joven de 17 años muriera por un disparo en la cabeza durante una manifestación en la misma ciudad, en la que unas 10.000 personas mostraron su repulsa contra la intervención israelí en Gaza.
EFE