(Washington, 18 octubre- AFP).- El presidente estadounidense, Barack Obama, instó a los estadounidenses el sábado a no “ceder ante la histeria o el miedo” por el mortal virus del ébola, pidiendo paciencia y sentido de la perspectiva.
En su discurso semanal al país, Obama también desestimó la idea de una prohibición de viajar desde África occidental, el epicentro del brote, diciendo que una restricción de ese tipo sólo agravaría la crisis.
“Todos nosotros -ciudadanos, líderes, medios de comunicación- tenemos una responsabilidad y un papel que desempeñar”, dijo Obama.
“Es una enfermedad seria, pero no podemos ceder ante la histeria o el miedo, porque eso sólo hace que sea más difícil para la gente conseguir la información exacta que necesita. Tenemos que guiarnos por la ciencia. Tenemos que recordar los hechos básicos”.
Sus declaraciones ocurren un día después de que el Banco Mundial advirtiera que la lucha para detener el ébola se estaba perdiendo, y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportara que al 14 de octubre habían muerto 4.555 personas a causa de la enfermedad de los 9.216 casos registrados.
Estados Unidos -donde murió un liberiano de ébola el 8 de octubre y dos enfermeras estadounidenses que lo trataron dieron positivo- no estaba experimentando un “brote” o “epidemia”, enfatizó Obama.
Pero en tanto el miedo al ébola ha ido ganando terreno en Estados Unidos, Obama reconoció que era posible que surgieran más casos “aislados”.”Pero sabemos cómo librar esta lucha”, dijo.
“Y si damos los pasos necesarios, si nos guiamos por la ciencia -los hechos, no el miedo- estoy absolutamente seguro de que podemos prevenir un brote grave aquí en Estados Unidos, y podemos continuar a la cabeza del mundo en este esfuerzo urgente”.
Sin embargo, advirtió que una prohibición a África occidental de viajar no era la respuesta.
“Nuestros expertos médicos nos dicen que la mejor manera de detener esta enfermedad es detenerla en sus fuentes, antes de que se extienda aún más y sea aún más difícil de contener”, dijo.
“Tratar de aislar toda una región del mundo -si eso fuera posible- en realidad podría hacer que la situación empeorara”.
“Sería más difícil trasladar personal sanitario y suministros de ambos sentidos. La experiencia demuestra que también podría llevar a las personas en la región afectada a cambiar su viaje para evadir la detección, y hacer que la enfermedad sea todavía más difícil de rastrear”.