( EFE) – Este sábado se cumplen dos años de la instalación de las normas que rigen las negociaciones de paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se iniciaron oficialmente un mes después en La Habana, Cuba.
El acto tuvo lugar en Oslo, lo que mostró el compromiso de Noruega, país que actualmente ejerce como garante en los diálogos de Cuba, donde ya se han alcanzado preacuerdos referidos a los tres primeros puntos de los cinco que componen la agenda: propiedad de la tierra, participación política y drogas ilícitas.
En aquella primera reunión, las delegaciones de paz de ambas partes definieron los detalles logísticos para iniciar las conversaciones, cuyo arranque oficial se produjo el 19 de noviembre en el Palacio de Convenciones de La Habana.
La logística y la metodología, que dejó en lugar destacado la confidencialidad de esos diálogos, incluyó además algunos aspectos relevantes, como que las partes se pronunciarían sobre los avances del proceso a través de comunicados conjuntos o el establecimiento de “ciclos” de conversaciones.
Además, la cita de Oslo sirvió para presentar oficialmente a quienes componen las delegaciones de paz.
Así, en aquel encuentro se definió como jefe negociador del Gobierno a Humberto de la Calle, exministro, exembajador y exvicepresidente, al que acompañaron en los inicios dos generales retirados, uno de la Policía y otro del Ejército; un filósofo y un representante de los empresarios del país.
Por su parte, las FARC confiaron sus esfuerzos al número dos de su movimiento, Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”, quien está rodeado de otros guerrilleros que reúnen una mezcla del “ala dura” y la parte ideológica del movimiento, según se indicó en ese momento.