( AFP) - Veinticinco años después de la caída del muro de Berlín,varios diplomáticos rusos de la época denuncian la “traición” de Occidente, que incumplió su promesa de no acercarse a las fronteras de lo que fue la Unión Soviética.
“La reunificación de Alemania era un paso lógico, pero se hizo bajo la promesa de que la Urss participaría en el nuevo orden europeo y de que la OTAN no se acercaría a nuestras fronteras”, recuerda Igor Maximychev, que entonces era asesor del embajador soviético en Berlín.
A pesar de estas afirmaciones, los líderes occidentales siempre han negado que existiera ningún acuerdo de este tipo.Mijaíl Gorbachov, el último líder soviético, “puso él mismo esas condiciones y los líderes occidentales aseguraron que las cumplirían”, explica este diplomático de 82 años.“Desgraciadamente nunca firmó ningún acuerdo concreto”, lamenta.
Anatoly Chernyaev fue asesor de política exterior de Mijaíl Gorbachov durante los años convulsos de la Perestroika y la Glasnost (1985-1991).
Tras años de tensiones con Occidente en plena Guerra Fría, su llegada permitió un acercamiento progresivo entre el Este y el Oeste.
“Con la caída del muro de Berlín quedó claro que el proceso era irreversible”, recuerda Chernyaev, de 95 años, que explica cómo las relaciones entre Gorbachov y Estados Unidos se convirtieron rápidamente en “personales, incluso amistosas”.
Igor Maximychev también recuerda cuando los alemanes del Este se acercaban al muro, la noche en que empezó a caer. “Oí sus pasos y sobre todo tenía miedo de oír disparos. Pero no hubo disparos. Y al final ya no había frontera”, explica.
“Acabar con la Urss”
Desde los años de la caída del Muro, trece países de la antigua órbita soviética han entrado en la Otan.
La situación en Ucrania ha desatado además la crisis más grave entre Rusia y Occidentedesde la Guerra Fría. Los occidentales acusan a Moscú de alimentar el conflicto en el este del país entre los separatistas prorrusos y el gobierno prooccidental de Kiev.
Una situación que parece dar la razón a los reproches de los líderes soviéticos de la época.
“Yo mismo oí cómo el secretario de Estado norteamericano James Baker prometía a Gorbachov, el 9 de febrero de 1990 en el salón Catalina II del Kremlin, que la Otan no avanzaría ‘ni un milímetro’ hacia al Este si aceptábamos la entrada de la Alemania unificada en la alianza”, recuerda Chernyaev, exasesor del líder soviético.
“Occidente nos decía que quería acabar con el comunismo, pero en realidad su objetivo era acabar con la Urss. La posición antirrusa en la actual crisis de Ucrania es prueba de ello”, afirma.
Para otros, sin embargo, Gorbachov también tuvo su responsabilidad.
“Gorbachov todavía nos tiene que explicar por qué se creyó lo que le dijo Occidente”, reclama el que fuera embajador soviético en Bonn, Vladislav Terejov.
“En la época nos comportábamos como si fuéramos amigos de Europa. Pero tras sus bonitas palabras sobre la creación de una unión desde el Atlántico hasta el Pacífico, las fuerzas de la Otan parecen decididas a instalarse en nuestra vecina Ucrania”, lamenta.
Por Marina Lapenkova