La final del Masters 1.000 de París medirá este domingo al serbio Novak Djokovic, número uno del mundo, representante de la casta que domina actualmente el tenis mundial, contra el canadiense Milos Raonic, séptimo, de 23 años, exponente de la generación que pide paso
Ambos lograron hoy la clasificación para la final, la trigésima de un Masters 1.000 para el serbio, que ha ganado 19, la segunda para el canadiense, que no cuenta con título alguno de esa categoría.
Djokovic derrotó al japonés Kei Nishikori por 6-2, 6-3, en poco más de una hora, y Raonic al checo Tomas Berdych por 6-3, 3-6, 7-5 en algo más de dos.
DUELO DE INFARTO
Será el duelo del hombre más fuerte del momento, el mejor restador, contra el saque más potente, el hombre de los 1.000 puntos directos de saque, cifra que ha superado en las dos últimas temporadas, el primer jugador nacido en los 90 que irá al Masters de Londres.
Djokovic, defensor del título, buscará su tercera corona bajo el techo de París, una ciudad cuyo Grand Slam le es esquivo, pero que en su Masters 1.000 le acoge con entusiasmo.
El serbio se siente cómodo sin ver el cielo y ya encadena 26 triunfos en pista cubierta, el último fácil ante el japonés Kei Nishikori, su verdugo en el pasado Abierto de Estados Unidos.
Será el duelo del hombre más fuerte del momento, el mejor restador, contra el saque más potente, el hombre de los 1.000 puntos directos de saque, cifra que ha superado en las dos últimas temporadas, el primer jugador nacido en los 90 que irá al Masters de Londres.
Djokovic, defensor del título, buscará su tercera corona bajo el techo de París, una ciudad cuyo Grand Slam le es esquivo, pero que en su Masters 1.000 le acoge con entusiasmo.
El serbio se siente cómodo sin ver el cielo y ya encadena 26 triunfos en pista cubierta, el último fácil ante el japonés Kei Nishikori, su verdugo en el pasado Abierto de Estados Unidos.
EFE