El Secretario General de la ONU confirmó que al menos 36.000 civiles han sido desplazados por la escalada de hostilidades entre el gobierno de Sudán y los movimientos armados de Darfur, por lo que urgió a todos los implicados a evitar más desarraigos de la población.
En un comunicado, Ban Ki-moon expresó gran preocupación por el deterioro de la seguridad en esa región sudanesa y condenó el bombardeo aéreo y la destrucción de aldeas cometidos el 27 de enero en la zona de Golo, en el estado de Darfur Central.
Ban conminó tanto al gobierno como a los grupos armados a actuar con moderación y a asumir sin retraso su responsabilidad de no causar más sufrimiento a la población civil.
Del mismo modo, instó a todas las partes a reanudar el diálogo para alcanzar un acuerdo político que ponga fin al conflicto en Darfur.
