Andrea Pirlo tiene magia en sus pies. Cada remate es mejor que el otro y esta vez ha sido un remate de aproximadamente 30 metros, seco, que se fue a clavar en las redes por el palo izquierdo del portero de Atalanta.
Adelantó la pelota y seco le pegó un remate que hizo una extraña curva y terminó engañando a todos los defensas y al portero que por más que intentó volar no llegó a contener el disparo. Soberbio, excepcional, magnífico; el fútbol en los pies de pirlo es la belleza misma.