El papa Francisco abogó este domingo por la reconciliación de los pueblos cristianos y la convivencia en fraternidad, momentos después de canonizar en el Vaticano a las dos primeras santas palestinas de la época moderna, en una ceremonia que quiso ser un mensaje de esperanza para Oriente Medio
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"Inspirándose en el ejemplo de misericordia, de caridad y de reconciliación (del Señor), que los cristianos (...) miren con esperanza hacia el futuro, avanzando hacia el camino de la solidaridad y de la convivencia fraterna", afirmó Jorge Bergoglio momentos antes del rezo del Regina Coeli, que sustituye al Ángelus dominical en tiempo pascual.
El pontífice pronunció el rezo del Regina Coeli en la Plaza de San Pedro del Vaticano y no desde la ventana del Palacio Apostólico, como suele hacer los domingos.
Fue así porque momentos antes fueron elevadas a los altares las primeras santas palestinas de la época moderna, la carmelita descalza Sor María de Jesús Crucificado, cuyo nombre original era Mariam Baouardy (1846-1878), y Sor Maria Alfonsina Ghattas (1843-1927), fundadora de las Hermanas del Rosario de Jerusalén.
Estas dos palestinas formaron parte del grupo de cuatro beatas que desde este domingo son santas: las otras dos eran Jeanne-Emilie de Villeneuve, de Francia, y María Cristina de la Inmaculada Concepción Brando, de Italia.
La ceremonia comenzó a las 10.00 hora local (08.00 GMT) en la plaza vaticana, donde se congregaron más de 2.000 personas procedentes de Tierra Santa, Palestina, Jordania e Israel.
El acto reunió también al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, y al patriarca latino de Jerusalén, Fouad Twal.
También estuvieron presentes otros muchos fieles de otros lugares del mundo.
Desde primera hora de la mañana, cientos de personas comenzaron a acceder a la Plaza de San Pedro para poder estar lo más cerca posible del altar desde donde el papa celebró la ceremonia.
Las banderas palestinas ondearon sin descanso y llenaron de color la plaza y también parte de la vía de la Conciliación, que une la Ciudad del Vaticano con Roma, y compartieron protagonismo con las banderas de color amarillo y blanco, los tonos del Estado de Ciudad del Vaticano.
Apenas 24 minutos después del inicio del acto, a las 10.24 hora local (08.24 GMT), los nombres de las cuatro santas fueron pronunciados, seguidos del ruego "Ora pro nobis".
Las religiosas, ya canonizadas, fueron elogiadas entonces por el papa Francisco.
Bergoglio destacó de Mariam Baouardy que "la docilidad al Espíritu Santo la hizo instrumento de encuentro y comunión con el mundo musulmán".
Por su parte, de Maria Alfonsina aplaudió que fue "ejemplo de cuán importante es hacernos responsables de los otros, de vivir al servicio los unos de los otros", mientras que destacó de De Villeneuve y de Brando el amor y la entrega a Dios.
La ceremonia de este domingo fue un acto que quiso convertirse en un mensaje de esperanza y amor hacia Oriente Medio, y también un intento de ayudar a fomentar la paz entre Israel y Palestina.
Además, con esta ceremonia, la Iglesia Católica envió una señal de apoyo también a las menguantes comunidades cristianas en Oriente Medio que han visto a muchos de sus familiares, amigos o conocidos cristianos emigrar en los últimos tiempos hacia otras regiones del mundo.
"Han emigrado muchos, la presencia cristiana en Palestina en la actualidad puede ser un 2 %, aunque también hay cristianos árabes viviendo en Israel", afirmó recientemente el director del Centro Católico Estudios y Medios de Comunicación de Ammán, Rifat Bader.
Esta canonización dio por concluida la visita de Abás de tres días a Italia, donde se ha reunido con el primer ministro italiano, Matteo Renzi; con el presidente de la República, Sergio Mattarella; con el papa Francisco y también con el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo.
Con el pontífice mantuvo el sábado una audiencia privada en el Vaticano donde compartieron su interés por alcanzar la paz con Israel y también hablaron del acuerdo anunciado por el Vaticano con "el Estado de Palestina" en el que se apoya la solución de "dos Estados" y que podría ayudar al reconocimiento de una Palestina "independiente".
En este encuentro en el Vaticano, el papa regaló una medalla a Abás que simboliza el ángel de la paz porque, según le dijo: "Usted es un poco como un ángel de la paz".
Este domingo, al término de la ceremonia de canonización, ambos líderes volvieron a saludarse calurosamente y conversaron durante unos breves instantes.
"Inspirándose en el ejemplo de misericordia, de caridad y de reconciliación (del Señor), que los cristianos (...) miren con esperanza hacia el futuro, avanzando hacia el camino de la solidaridad y de la convivencia fraterna", afirmó Jorge Bergoglio momentos antes del rezo del Regina Coeli, que sustituye al Ángelus dominical en tiempo pascual.
El pontífice pronunció el rezo del Regina Coeli en la Plaza de San Pedro del Vaticano y no desde la ventana del Palacio Apostólico, como suele hacer los domingos.
Fue así porque momentos antes fueron elevadas a los altares las primeras santas palestinas de la época moderna, la carmelita descalza Sor María de Jesús Crucificado, cuyo nombre original era Mariam Baouardy (1846-1878), y Sor Maria Alfonsina Ghattas (1843-1927), fundadora de las Hermanas del Rosario de Jerusalén.
Estas dos palestinas formaron parte del grupo de cuatro beatas que desde este domingo son santas: las otras dos eran Jeanne-Emilie de Villeneuve, de Francia, y María Cristina de la Inmaculada Concepción Brando, de Italia.
La ceremonia comenzó a las 10.00 hora local (08.00 GMT) en la plaza vaticana, donde se congregaron más de 2.000 personas procedentes de Tierra Santa, Palestina, Jordania e Israel.
El acto reunió también al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, y al patriarca latino de Jerusalén, Fouad Twal.
También estuvieron presentes otros muchos fieles de otros lugares del mundo.
Desde primera hora de la mañana, cientos de personas comenzaron a acceder a la Plaza de San Pedro para poder estar lo más cerca posible del altar desde donde el papa celebró la ceremonia.
Las banderas palestinas ondearon sin descanso y llenaron de color la plaza y también parte de la vía de la Conciliación, que une la Ciudad del Vaticano con Roma, y compartieron protagonismo con las banderas de color amarillo y blanco, los tonos del Estado de Ciudad del Vaticano.
Apenas 24 minutos después del inicio del acto, a las 10.24 hora local (08.24 GMT), los nombres de las cuatro santas fueron pronunciados, seguidos del ruego "Ora pro nobis".
Las religiosas, ya canonizadas, fueron elogiadas entonces por el papa Francisco.
Bergoglio destacó de Mariam Baouardy que "la docilidad al Espíritu Santo la hizo instrumento de encuentro y comunión con el mundo musulmán".
Por su parte, de Maria Alfonsina aplaudió que fue "ejemplo de cuán importante es hacernos responsables de los otros, de vivir al servicio los unos de los otros", mientras que destacó de De Villeneuve y de Brando el amor y la entrega a Dios.
La ceremonia de este domingo fue un acto que quiso convertirse en un mensaje de esperanza y amor hacia Oriente Medio, y también un intento de ayudar a fomentar la paz entre Israel y Palestina.
Además, con esta ceremonia, la Iglesia Católica envió una señal de apoyo también a las menguantes comunidades cristianas en Oriente Medio que han visto a muchos de sus familiares, amigos o conocidos cristianos emigrar en los últimos tiempos hacia otras regiones del mundo.
"Han emigrado muchos, la presencia cristiana en Palestina en la actualidad puede ser un 2 %, aunque también hay cristianos árabes viviendo en Israel", afirmó recientemente el director del Centro Católico Estudios y Medios de Comunicación de Ammán, Rifat Bader.
Esta canonización dio por concluida la visita de Abás de tres días a Italia, donde se ha reunido con el primer ministro italiano, Matteo Renzi; con el presidente de la República, Sergio Mattarella; con el papa Francisco y también con el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo.
Con el pontífice mantuvo el sábado una audiencia privada en el Vaticano donde compartieron su interés por alcanzar la paz con Israel y también hablaron del acuerdo anunciado por el Vaticano con "el Estado de Palestina" en el que se apoya la solución de "dos Estados" y que podría ayudar al reconocimiento de una Palestina "independiente".
En este encuentro en el Vaticano, el papa regaló una medalla a Abás que simboliza el ángel de la paz porque, según le dijo: "Usted es un poco como un ángel de la paz".
Este domingo, al término de la ceremonia de canonización, ambos líderes volvieron a saludarse calurosamente y conversaron durante unos breves instantes.
EFE