En Córdoba, la ciudad española al sur del país, en la Comunidad Autónoma de Andalucía, Sting se presentó para cerrar la 35 edición del Festival de la Guitarra, ante casi 9.000 personas que abarrotaron la Plaza de Toros de la ciudad y que, a pesar del calor (por encima de los 35 grados), corearon todas y cada una de las canciones que ha tocado el músico británico.
Y este "señor inglés" que se presentaba esta noche en Córdoba venía a tirar de repertorio, propio y de The Police, un material que no ha envejecido un ápice desde que se compuso, siendo el suyo un pop de estadios perfectamente fabricado y mostrado en directo por Sting con un plus jazzístico que ha aportado sobretodo el enorme pianista David Sancious.
Así las cosas, tras "English man in New York" y con la plaza en el bolsillo, un barbudo y juvenil Sting ha arremetido con "So Lonely", cuya letra ("tan solitario") parecía una broma, pues éste ha sido el concierto más concurrido que se recuerda en el Coso de Los Califas desde hace años.
Porque a Sting no le basta con tocar sus himnos, y hoy ha tocado al menos una decena de ellos, sino que ha optado por la opulencia en la interpretación. Tanto es así que, a mitad de una aguerrida "Roxanne", la banda ha cambiado de tercio para tocar "Ain't no sunshine when she's gone", inmortal tema "soul" de Bill Withers, otro de esos tipos que tenían facilidad para componer clásicos y a quien hay que rescatar de su retiro como sea.
Tras el interludio soul, Sting ha llevado al paroxismo "Roxanne" con un crescendo tras el cual la banda ha hecho el amago de marcharse, para volver y ofrecer otra media hora de infarto y clásicos.
Para el final, se guardaba Sting "Every breath you take", un tema que ha hecho gastar más batería de móvil en 6 minutos que en una mañana entera en Hacienda, y una delicada versión de "Fragile", con la que ha puesto punto y final a un concierto que había iniciado horas antes el "blues" sureño de Raimundo Amador, telonero de lujo del veterano bajista inglés. EFE