La policía húngara utilizó hoy gas lacrimógeno en uno de los centros de acogida y registro de inmigrantes, en la sureña localidad de Röszke, cerca de la frontera con Serbia, por razones aún desconocidas, informó hoy la emisora hirtv.
En el reportaje en vivo de la televisión privada se vio que decenas de policías rodearon a unos doscientos extranjeros que protestaban levantando los brazos y gritando.
En la prensa local se publican varias versiones sobre la protesta de los exiliados.
Según hirtv, todo comenzó cuando se les impidió hablar con la prensa, mientras que el portal index atribuye el tumulto que se formó a que un grupo de inmigrantes no quiso permitir que las autoridades les tomen las huellas dactilares.
Otro portal digital, origo, especula con que muchos de los inmigrantes quisieron abandonar el centro de registro después de enterarse que Alemania anunció que daría asilo a los exiliados provenientes de Siria.
Sea como fuere, el centro de registro, donde los inmigrantes pasan unas 24 horas antes de que se les designe el lugar de acogida a donde deberán ir, cuenta con una capacidad para mil personas, pero según origo actualmente hay allí más del doble.
Las autoridades húngaras han interceptado ayer a 2.533 inmigrantes en la frontera con Serbia, una cifra récord para un solo día, y se cuenta con que el número siga creciendo.
Para la tarde de este miércoles se espera la llegada de parte de los 7.000 exiliados que el pasado fin de semana pasaron de Macedonia a Serbia y cuyo destino es la Unión Europea.
Fuente: EFE