El Ayuntamiento de Los Ángeles aprobó hoy el plan que permitirá a empresas como Uber y Lyft recoger viajeros en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX), que se convertirá en el más grande de EE.UU. en aceptar este tipo de servicios de bajo coste.
La medida fue aprobada con 9 votos a favor y 6 en contra en una sesión del pleno municipal en la que volvió a quedar patente la desconfianza de numerosos concejales sobre las garantías que ofrecen esas compañías que compiten por el negocio del taxi y que conectan conductores con viajeros a través de una aplicación de móvil.
“Es una gran victoria para los pasajeros, a los que se les dan más opciones seguras y convenientes para llegar hasta su casa desde el aeropuerto”, aseguró el concejal Mike Bonin, que representa al distrito 11, en el que se encuentra LAX, y es uno de los principales valedores de esta iniciativa respaldada también por el alcalde, Eric Garcetti.
Los opositores señalan que existe un doble estándar cuando se trata de regular las actividades de los conductores de Uber y Lyft frente a las compañías de taxi tradicional, sometidas a unos controles más estrictos de las autoridades.
Como parte de la nueva normativa, se tomarán las huellas a los chóferes de Uber y Lyft para confirmar que no están fichados por las fuerzas del orden.
Además, esas empresas deberán llevar control de las operaciones que realizan sus conductores en el aeropuerto.
Según el diario “Los Angeles Times”, si Uber y Lyft cumplen con las exigencias municipales podrían empezar a recoger viajeros en el aeropuerto en cuestión de semanas.
Hasta ahora, estas compañías únicamente podían llevar viajeros hasta las terminales.
LAX es el segundo aeropuerto más importante del país en número de viajeros, solo superado por Hartsfield-Jackson en Atlanta, y el quinto del mundo, aunque carece de servicios de tren o metro y la única forma de desplazarse hasta las instalaciones es por carretera.
En California, estos servicios de transporte de bajo coste ya se aceptan en aeropuertos como el de San Francisco, San Diego y Santa Ana.
Fuente: EFE