Una pastilla y adiós al deporte
Los más perezosos pueden estar de suerte. En un futuro próximo es posible que no haya que hacer ejercicio para obtener los saludables efectos que éste conlleva. Bastaría con tomar una pastilla que provoque los ya conocidos beneficios del deporte, y sin sudar ni cansarse.
Desde hace siglos se sabe que el ejercicio mejora la salud en general, pero actualmente se investiga para determinar de forma más detallada el modo en que esta actividad actúa sobre múltiples órganos, como el corazón, el cerebro y el hígado. Esta información servirá en un futuro para diseñar ‘pastillas del ejercicio’ que podrían reproducir, al menos, algunos de los efectos beneficiosos del ejercicio físico sobre el cuerpo, aunque los científicos no saben si es más una utopía que una posibilidad real.
En el último número de la revista ‘Trends in Pharmacological Sciences’ se analiza cuánto hay de realizable en esta idea. «Desde hace años se trabaja en estas pastillas milagrosas y ahora podemos afirmar que es un objetivo alcanzable gracias a nuestra mejor comprensión de las dianas moleculares del ejercicio físico», asegura Ismail Laher, de la Universidad de British Columbia en Vancouver (Canadá).
Así, en la actualidad varios laboratorios se empeñan en el desarrollo de pastillas del ejercicio. En esta primera etapa se están probando en animales para valorar el rendimiento músculo-esquelético y mejorar la fuerza y el uso de energía, es decir, la producción de músculos más fuertes. Pero, por supuesto, los beneficios del ejercicio van mucho más allá de sus efectos musculares.
«Es evidente que las personas obtienen otros frutos relacionados con la salud al practicar ejercicio», señala Laher, «como la mejora de la función cognitiva, la resistencia ósea y la función cardiovascular». Aunque, reconoce, «es poco realista esperar que estas píldoras puedan sustituir al ejercicio físico en todos estos aspectos, al menos en un futuro inmediato».
Lesión medular
Pero estas pastillas sí que podrían ser especialmente beneficiosas para aquellas personas que no pueden hacer ejercicio por una variedad de razones. «Por ejemplo, aquellas con lesión medular que están parapléjicas».
En cualquier caso, Laher apunta que todavía serán precisas muchas investigaciones para entender en su complejidad los fundamentos de las pastillas del ejercicio en desarrollo y sus posibles efectos secundarios, además de la determinación de la dosis óptima. Y, advierte, no hay que olvidar el riesgo de su uso fraudulento en seres humanos y animales en actividades deportivas. El primer caso de dopaje con un prototipo de ‘píldora del ejercicio’ data de 2013 en una competición de ciclismo.
Fuente: Msn.com