Este sábado 16 de enero se cumplen 30 años del reconocimiento del doctor José Gregorio Hernández como venerable, antepenúltimo paso en el camino al reconocimiento de la santidad, fue en 1986 cuando el Papa Juan Pablo II realizó el anuncio tras constatar sus virtudes heroicas.
Actualmente está en proceso de beatificación y posterior canonización. Recientemente ha crecido la expectativa entre los fieles sobre su posible beatificación, debido a que el 25 de septiembre de 2013 el Papa Francisco manifestó interés por la causa de José Gregorio Hernández Cisneros, quien nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, estado Trujillo.
Fue el primero de 6 hermanos, hijo de Benigno María Hernández Manzaneda y Josefa Antonia Cisneros Mansilla, de ascendencia colombiana y canaria, respectivamente.
Toda su infancia la vivió en su pueblo natal, su madre se dedicaba a labores del hogar y su padre era dueño de un almacén de mercancías secas, víveres y farmacia.
Fue médico, científico, profesor y filántropo de profunda vocación religiosa, cristiano católico y franciscano seglar, reconocido por su solidaridad con los más necesitados y recordado por su caridad, generosidad, rectitud y servicio a los pobres. Su vida fue un testimonio evidente de santidad. Tanto, que muchos latinoamericanos lo consideran santo, a pesar de que aún no ha sido canonizado por la Iglesia Católica.