La Comisión Europea asestó este lunes un varapalo a Bélgica, uno de los países fundadores de la UE, por emplear durante una década prácticas dignas de los más avezados paraísos fiscales. Bruselas ordenó a la Hacienda belga que recupere alrededor de 700 millones de euros que al menos 35 multinacionales —la mayoría europeas— han dejado de pagar desde 2005. La comisaria Margrethe Vestagercargó contra un esquema presumidamente legal que permitía formidables abusos: ahorrarse la tributación de entre el 50% y el 90% de sus beneficios. Bruselas quiere que las empresas paguen impuestos donde obtienen beneficios.
Las multinacionales llevan años beneficiándose del confortable tratamiento fiscal que obtienen en algunos países de la eurozona, y lo han seguido haciendo durante la Gran Recesión, a pesar de los formidables recortes patrocinados por las instituciones europeas. Bruselas ya cargó en 2001 contra las ventajas de la Hacienda belga —así como las de Alemania, Irlanda o Luxemburgo—, el mismo año que eliminó los multimillonarios incentivos del País Vasco y Navarra. Bélgica hizo caso omiso: apenas un lustro después erigió un esquema para las grandes compañías que le permitía seguir por esa vía. La Comisión propina ahora un duro golpe a un país cuya credibilidad internacional está en entredicho por su actuación tras los recientes ataques terroristas de París: le exige recuperar un mínimo de 700 millones procedentes de al menos 35 multinacionales.
“Ventajas injustas
”El caso tiene miga. La jefa de Competencia había embestido hasta ahora contra las injusticias fiscales protagonizadas por varios gigantes estadounidenses: Amazon o Apple. Ese estigma desaparece: en esta ocasión se trata de empresas mayoritariamente europeas, pese a que Vestager elude por ahora darlas a conocer. No hay nombres, pero sí suculentos detalles: con el esloganSolo en Bélgica, el país ofrecía desde 2005 reducir notablemente el pago de impuestos al considerar que esas firmas obtenían un beneficio extra por pertenecer a un grupo respecto a lo que lograrían si compitieran por separado. Ese denominado “exceso de beneficio” se restaba de la cantidad sujeta a tributación, lo que en ocasiones dejaba la factura casi a cero.
“Los Gobiernos deberían fomentar crecimiento y empleo, no ofrecer ventajas económicas injustas. No se pueden establecer esquemas que solo benefician a algunas compañías, en este caso multinacionales”, argumentó Vestager. El ministro belga Johan Van Overtveldt explicó que ese programa se retiró el pasado febrero, justo al empezar la investigación. Aseguró que reclamar los impuestos no cobrados no será sencillo, y dejó la puerta abierta a una posible apelación.
Entre las empresas podrían figurar nombres como AB InBev —el gigante de la cerveza belga—, la sueca Atlas Copco, British Petrolium, la alemana BASF o el grupo de telefonía Belgacom, según informóThe Wall Street Journal citando fuentes próximas a la investigación.
La comisaria danesa, como ya hizo anteriormente su predecesorJoaquín Almunia —para quien dejó un dardo envenenado: “No sé por qué mis antecesores no actuaron antes”— es el ariete en Bruselas contra unas prácticas fiscales que suelen beneficiar solo a las grandes empresas y que dejan temblando las arcas de los Estados, obligados a gravar por otro lado lo que no cobran a las multinacionales para intentar atraerlas. Bruselas lucha contra esa competencia fiscal desleal, pese a que el jefe de Vestager, el presidente de la ComisiónJean-Claude Juncker, fue durante años uno de los máximos muñidores de ese tipo de acuerdos, como primer ministro de Luxemburgo.
Vestager ha disparado ya contra varios países, y recordó que los Estados cuentan ya con “numerosos medios legales” para incentivar las inversiones en su territorio. ¿Sigue habiendo en Europa paraísos fiscales? “No lo sé”, respondió, “para mí paraísos fiscales son los países en los que todo el mundo paga sus impuestos; creo que eso aún no existe en la Unión Europea”, dijo con ironía. Vestager citó alfallecido David Bowie antes de comparecer ante la prensa: “Podemos ser Héroes por un solo día”, escribió en Twitter minutos antes de ese nuevo capítulo contra la ingeniería fiscal diseñada por Estados y multinacionales.
Bruselas examina datos de todos los países europeos
Con las arcas públicas extenuadas por la crisis —y los bolsillos del europeo medio castigados por la oleada de recortes—, los casos de grandes empresas que eludían buena parte de su tributación gracias a artimañas fiscales comenzaron a exasperar a la ciudadanía europea. Al calor de esa tendencia, Bruselas comenzó a investigar, en junio de 2013, el aspecto más flagrante de ese fenómeno: que los Gobiernos auspiciaron buena parte de esos esquemas destinados a que las multinacionales pagaran poco o nada al fisco por sus beneficios (por los llamados tax rulings).
Desde esa fecha, Competencia ha abierto varios casos, aunque solo dos han sido resueltos aún. En octubre del año pasado, el departamento de Margrethe Vestager exigió a Luxemburgo y a Holanda que recuperaran entre 20 y 30 millones que Fiat y Starbucks dejaron de pagar, respectivamente, a las haciendas de esos países por beneficiarse de unos trajes fiscales a medida considerados abusivos. Hay otras tres investigaciones en marcha, relativas a comportamientos similares de Apple en Irlanda y Amazon y Mc Donald's en Luxemburgo.
La lista puede extenderse mucho más. Consciente de que, en mayor o menor medida, casi todos los países europeos tienen marcos similares, Bruselas pidió a los Veintiocho, hace poco más de un año, una lista con todos los tax rulingsque tuvieran en vigor. La Comisión examina desde entonces esa información, susceptible de motivar otras investigaciones.
EL PAIS