A medida que aumentan las presiones sobre el núcleo de la agrupación extremista ISIS, un gran número de combatientes terroristas extranjeros en Siria e Iraq regresan a sus hogares imponiendo nuevas amenazas para la comunidad internacional, alertó el presidente del Comité del Consejo de Seguridad de la ONU que supervisa las sanciones contra grupos terroristas.
El embajador de Nueva Zelandia ante Naciones Unidas, Gerard van Bohemen, quien preside ese grupo, informó este miércoles al Consejo de Seguridad sobre esas tendencias durante una sesión que incluyó a los jefes de otros Comités que forman parte de la lucha contra el flagelo.
"Algunos de los combatientes retornan de las zonas de conflicto desilusionados con la experiencia, otros lo hacen más radicalizados, curtidos por las batallas y bien conectados. Estos representan un riesgo real para la comunidad internacional por su capacidad de organizar ataques terroristas complejos con gran rapidez, lo que ya es una realidad, de hecho", advirtió el diplomático.
El presidente del Comité de Sanciones indicó que aún cuando ha disminuido el reclutamiento de milicianos para el ISIS, sigue existiendo interés de los combatientes extranjeros en unirse a esas filas, tanto en Siria como en Iraq. Hasta la fecha más de 30.000 lo han hecho, afirmó van Bohemen.
El embajador neozelandés subrayó que el régimen de sanciones y el congelamiento de los activos, aprobados por el Consejo de Seguridad, podrían ser eficaces para drenar los fondos de las células terroristas, por lo que llamó a los Estados miembros a una mayor cooperación y a compartir información actualizada en el tema.