¿Creías conocer bien a tu hijo? Estos son algunos datos sobre la personalidad de tu hijo que seguramente no conocías.
#1 Su vocabulario crece más rápido que el tuyo.
Si bien todas podemos aprender nuevas palabras (me suele pasar por ejemplo porque leo mucho y aprendo nuevos términos todos los días), en los niños esto es mucho más rápido y la cantidad de términos que aprenden y utilizan, en proporción, es muchísimo mayor que los que empleamos nosotras cuando nos expresamos. Sucede que ellos son como una esponja y absorben absolutamente todo así que, ¡cuidado con lo que dices!#2 Siempre son más amables con los extraños.
Aunque no lo creas, los pequeños pueden ser mucho más amables con personas desconocidas que los adultos. Por ejemplo, se ha probado que las niñeras tienen más poder de convencimiento que los progenitores en cuestiones de orden y disciplina.#3 Todos nacen ambidiestros.
Es sencillo señalar que una persona es zurda o diestra. A menudo empujamos a nuestros hijos a que seleccionen una mano dominante. En realidad, ellos tienen habilidad con ambas manos hasta que nosotras intervenimos y los obligamos a utilizar solo una.#4 Su oído es muy sensible.
Los niños pequeños pueden oir sonidos a frecuencias más altas y más bajas que un adulto promedio. Por eso, ten en cuenta que es mejor no realizar ruidos muy bruscos. Es por eso que muchos pequeños se ponen muy mal cuando escuchan artefactos como las aspiradoras o el sonido muy prolongado de los fuegos artificiales. ¡No es ningún capricho!#5 A los dos años son muy activos.
Si tienes un hijo de dos años seguro me entenderás. Un niño de esta edad es más activo que en cualquier otro momento de su vida, ¡afortunadamente es algo pasajero! Así que no te desesperes si estás corriendo atrás de tu pequeño todo el día, es solo por un tiempo.#6 Su cerebro funciona mucho mejor.
Sería genial que nuestro cerebro, durante la edad adulta, funcionara igual que el de un niño de dos años. En un pequeño de entre 1 y 2 años, el cerebro realiza 2 millones de conexiones entre sus neuronas por segundo, cosa que en el cerebro de un adulto es mucho menor.
Con información de iMujer