El Departamento de Policía de Nueva York ha empezado a escanear el iris de los detenidos, una iniciativa que en diciembre quiere haber ampliado a toda la ciudad y que ha despertado suspicacias respecto a su posible ilegalidad
"Es un procedimiento no autorizado por los estatutos y de legalidad cuestionable en el mejor de los casos", asegura hoy el abogado de Legal Aid Society Steven Banks, al diario The New York Times.
Al igual que él, otros expertos en la materia argumentan que la legislación vigente establece que la información que se puede recopilar de los sospechosos de haber cometido algún delito incluye las huellas dactilares, así como muestras de ADN en determinados casos, aunque esta última opción en su día ya generó un amplio debate.
"La idea de que el Departamento de Policía pueda utilizar una tecnología totalmente nueva sin ninguna autorización legal es ciertamente sospechoso", añade Banks en el diario neoyorquino.
Con esta iniciativa, que se ha empezado a aplicar esta semana, la Policía neoyorquina pretende fundamentalmente evitar la fuga de detenidos una vez que llegan a los tribunales.
El año pasado ocurrió, al menos en dos ocasiones, que detenidos por delitos graves lograron ser suplantados por otros acusados por faltas menores a la hora de comparecer ante los jueces, lo que se convirtió en dos embarazosos episodios que fueron seguidos con atención por los medios de comunicación locales.
"Es realmente lamentable que el Departamento de Policía una vez más ejecute un nuevo régimen de recopilación de datos personales sin un debate público previo", según la directora ejecutiva de la New York Civil Liberties Union, Donna Lieberman.
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