La energía solar captada en el espacio por satélites artificiales podría garantizar el aprovisionamiento eléctrico de instalaciones terrestres, según apuestan varias empresas, entre ellas la europea Astrium, que espera materializar esta meta desde 2020.
No se trata, en un primer tiempo, de alimentar ciudades que disponen ya de infraestructuras, sino regiones aisladas, de acceso difícil, que necesitan electricidad, explicó a la AFP Robert Lainé, director técnico de Astrium, división espacial de la empresa aeronáutica europea EADS.
Ello permitiría suministrar ocasionalmente electricidad a un hospital de campaña, o a una zona que ha sufrido una catástrofe, o a una instalación de purificación o desalinización de agua, señaló el experto.
En cuanto a alimentar grandes ciudades, "eso se producirá sólo cuando se haya agotado el petróleo", destacó Lainé, que participó en una reciente conferencia en París sobre este tema.
"Pensamos que lo más sencillo será empezar con un satélite que ya existe, y luego adaptarlo" para captar energía en el espacio y dirigirla a instalaciones terrestres, subrayó el responsable de Astrium.
La primera demostración podría apoyarse en las capacidades del futuro satélite de comunicación Alphasat, con el objetivo de enviar a la tierra algunos kilowatios de energía producida en el espacio, gracias a un láser infrarrojo, explicó.
"Si hallamos financiación para empezar (próximamente), dentro de seis o siete años sería posible" efectuar esta demostración, indicó Lainé, agregando que Astrium busca socios más allá de las fronteras de Europa.
Mientras que en Estados Unidos se preparan varios proyectos de gran magnitud, Astrium, que apuesta por un desarrollo progresivo, con una primera demostración de aquí a 2020 - quizá en el 2016 - considera asociarse con empresas de Rusia y Japón para impulsar esta nueva filial tecnológica, subrayó el experto.
Durante la etapa siguiente, en la década 2020-2030, varios satélites, capaces de suministrar hasta 100 kW cada uno, podrían converger para captar la energía solar y abastecer con electricidad a instalaciones terrestres, indicó.
Gracias a un espejo de 3,5 metros de diámetro, como el del telescopio científico Herschel, el satélite apuntaría hacia la Tierra un radio láser infrarrojo de 20 metros de ancho, dirigiéndose a paneles solares de 30 metros por 30 situados en tierra, según el proyecto de Astrium.
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