El diputado oficialista Doctor Rosinha recopiló los mensajes y los entregó al inicio de la semana al titular de la Procuradoría, Roberto Gurgel, para que se analice si podían ser considerados una amenaza real para Rousseff.
"Los mensajes fueron colocados en Twitter el sábado en momentos en que ocurrían las ceremonias de investidura. Decían que sería bueno que surja un francotirador como ocurrió con (el ex presidente estadounidense) John Kennedy", dijo un asesor del legislador Rosinha a la AFP.
Gurgel, por su parte, había dicho a la prensa que "se analizará la procedencia" de las decenas de mensajes.
Este miércoles, la Policía Federal (PF) aún esperaba instrucciones, ya que la Procuradoría todavía no decidió los próximos pasos.
"Por ahora no hay abierta una investigación formal, sabemos que la Procuradoría está analizando el caso. Porque aún no queda claro si se trata de amenazas o apenas la expresión del deseo de que ocurra un crimen. Eso constituye apología del delito", dijo un vocero de la PF este miércoles a la AFP.
"Bien, ahora podría venir un tirador de élite y dar en la cabeza de Dilma, esa maldita", rezaba uno de los mensajes colocados en Twitter a la misma hora en que la nueva presidente hacía un corto recorrido en un automóvil abierto.
"Maten esa Dilma de una vez por favor", pedía otro mensaje. "Un tiro en la cabeza de Dilma ahora sería excelente", "Terroristas, última llamada para meterle un tiro a Dilma", "¿No hay ningún valiente para darle un tiro a Dilma hoy?", pedían otros mensajes, todos debidamente identificados.
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