El cineasta británico Ken Loach dejó de escuchar música cuando su nieta Holly, que ahora tiene 11 años, se quedó sorda a causa de una meningitis cuando tenía 13 meses de edad, según publica hoy la prensa británica.
Loach, que respalda una campaña de concienciación del Instituto Nacional de Sordos del Reino Unido, ha explicado que lo hizo como un gesto de "solidaridad" hacia Holly, cuyo diagnóstico de sordera cayó como "una muerte en la familia".
El director de "My name is Joe" y "The wind that shakes the barley" -Palma de oro en Cannes 2006- señala que "era muy difícil escuchar música cuando ella no podía hacerlo".
"Parecía algo injusto si se tenía en cuenta lo que a ella se le negaba. Aún lo siento así hasta cierto punto", afirma el director de cine de 74 años.
Tras años de silencio, Holly Loach, cuyos padres son músicos, puede ahora oír música y hasta ha aprendido a tocar el piano gracias a un implante coclear (que restablece parcialmente la audición a las personas profundamente sordas), aunque aún le cuesta interpretar ciertos sonidos.
En sus declaraciones, Loach aprovecha para arremeter contra la masiva reestructuración y recortes al Servicio Nacional de Salud (NHS) previstos por el Gobierno conservador-liberaldemócrata, al afirmar que, entre otras cosas, mermarán las opciones de las personas con sordera.
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