Dilma Roussef juró este sábado como la primera mujer presidenta de Brasil en el Congreso Nacional, en ceremonia en que Michel Temer también realizó su compromiso como vicepresidente del país amazónico.
"Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución, observar las leyes, promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unión, la integridad y la independencia de Brasil", leyó Rousseff y de inmediato fue ovacionada por los legisladores brasileños y los invitados presentes.
Poco después, Rousseff firmó el libro de términos de toma de posesión, con lo cual ya es oficialmente presidenta de Brasil. Igual proceder efectuó Temer y, por ende, ya es el nuevo vicepresidente de este inmenso país suramericano.
Nuevo despertar de Brasil
Acto seguido, Dilma Rousseff procedió a ofrecer su primer discurso como presidenta de Brasil. Una de las luchas más intensas de su Gobierno será la erradicación de la pobreza extrema, reto para lo cual pidió el apoyo de todos los partidos y de todas las instituciones y sectores del país.
A su vez destacó que junto a la erradicación de la pobreza, la prioridad de su gobierno será "la lucha por la calidad de la educación, la salud y la seguridad".
"No voy a descansar mientras haya brasileños sin comida en la mesa, familias en las calles, niños pobres abandonados a su propia suerte", afirmó Rousseff, luego de destacar los logros y la figura del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien culminó este 1º de enero ocho años de gobierno y del que se despidió con 80% de popularidad.
"He venido antes que cualquier cosa para darle continuidad al proceso de afirmación que este país ya ha vivido en la época reciente. He venido también para consolidar la obra transformadora del presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, con quien tuve una intensa experiencia política, la más grande mi vida", resaltó.
Igualmente sostuvo que "estamos viviendo el despertar de un nuevo Brasil" y por primera vez "la banda presidencial, por decisión soberana del pueblo, es colocada en los hombros de una mujer. Para mi es un gran honor y sé el significado histórico de esta decisión (...) Tengo para mi la fuerza y el ejemplo de la mujer brasileña".
Al mismo tiempo acotó: "No he venido para enaltecer mi biografía, sino para glorificar la vida de cada mujer brasileña. Mi mayor compromiso es darle honor a las mujeres, proteger a los más débiles y gobernar para todos", aseveró.
La mujer no es sólo coraje, sino cariño
Otro punto destacado por Dilma Roussef es que la mujer no es sólo coraje, sino también cariño, en referencia a su trayectoria de duras batallas que tuvo que enfrentar antes de llegar a la presidencia de Brasil.
"Mi dura caminata me ha hecho valorar y amar aún más la vida y me ha dado sobre todo la osadía para afrontar desafíos aun mucho más grandes. Recurro una vez más al poeta de mi tierra: ‘El paso de la vida abarca todo; calienta y enfría, aprieta y suelta, tranquiliza y mueve; lo que quiere de nosotros es coraje", aseveró la mandataria brasileña.
Y será con ese coraje que gobernará Brasil, "pero mujer no es sólo coraje, también es cariño; cariño que dedico a mi hija y a mi nieto; cariño con que abrazo a mi mamá, quien me acompaña y bendice. Y con este inmenso cariño quiero cuidar a mi pueblo y quiero dedicarle los próximos años de mi vida", puntualizó.
El amor pudo más que la lluvia
Pese a la intensa lluvia, mientras se dirigía al congreso brasileño escoltada por un mujeres, miles de brasileños se concentraron a ambos lados de la Esplanada de los Ministerios para presenciar la ceremonia de toma de posesión de Dilma Rousseff.
Con vítores de Ole, Ole, Ole, Dilma, Dilma, los concentrados frente a la Catedral de Brasilia saludaron la llegada de Rousseff desde la Granja del Torto, donde moró hasta hoy desde poco después de ser electa presidenta de Brasil en la segunda vuelta de los comicios generales de octubre pasado.
(VTV)
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