Las elecciones presidenciales taiwanesas en 2012 y el cambio de líderes en el régimen chino ese mismo año ponen en peligro la actual distensión y escalada de contactos entre Taiwán y China, ancladas en la frágil promesa isleña de no declarar la independencia formal, a pesar de estar autogobernada desde 1949.
El año próximo, el independentista Partido Demócrata Progresista (PDP) de Taiwán, puede llegar al poder en los comicios presidenciales, y ese mismo año, China asistirá a un cambio dinástico en el que la política del presidente actual presidente, Hu Jintao, de impedir la independencia sin forzar la unificación con Taiwán puede sufrir cambios.
Pekín y el partido gobernante en Taiwán, el Kuomintang, han intensificado, a finales del 2010, su presión sobre la presidenta del PDP, Tsai Ing-wen (Cai Ying-wen), para que suscriba el "Consenso de 1992".
Se trata de un supuesto acuerdo tácito alcanzado entre Taipei y Pekín en 1992 en Hong Kong por el que ambas partes aceptaban "una China con dos definiciones", como base para establecer negociaciones exploratorias.
El PDP es consciente de que está en una encrucijada en su política hacia China, ya que del 35 al 45 por ciento de sus votantes son independentistas duros, pero para alcanzar el poder necesita del apoyo de votantes moderados no comprometidos con los partidos.
"No descartamos el diálogo con China, con tal de que la soberanía de Taiwán y los valores de la democracia y los derechos humanos sean respetados", dijo a EFE el portavoz del PDP Zheng Wen-cang.
La presidenta del PDP también dijo que, si su partido llega al poder, respetará los acuerdos alcanzados con China, pero eso no parece suficiente para Pekín, que exige al PDP aceptar el "Consenso de 1992" y renunciar a la independencia, según el portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán en el Consejo de Estado Fan Liqing.
El problema está en que el PDP "no reconoce la existencia del Consenso de 1992" y rechaza el "Principio de una sola China", señaló el 24 de diciembre de 2010 uno de sus portavoces, Lin You-chang, en respuesta a la petición del presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, de reconocimiento del "Consenso de 1992".
Además, la actual política oficial del PDP hacia China está definida en su "Resolución sobre el futuro de Taiwán" (8 mayo de 1999 en la ciudad de Kaohsiung), y que proclama que "Taiwán es un país soberano e independiente. Cualquier cambio en su situación de independencia de hecho debe ser decidido por todos los residentes de Taiwán por medio de un plebiscito".
El ex candidato presidencial del PDP Frank Hsieh (Xie Chang-ting) propuso el 11 de enero la fórmula "Consenso constitucional sobre una China", para lograr un acuerdo entre las fuerzas políticas taiwanesas y disponer de una plataforma para negociar con China.
La propuesta de Hsieh consiste en aceptar la Constitución de la República de China (Taiwán) y dejar que los partidos tengan su propia interpretación de la Constitución, lo que permitiría mantener posturas divergentes, pero muchos en el bando independentista lo atacaron.
"La propuesta de Hsieh es en realidad otra forma del "Principio de la una sola China"", dijo el legislador del PDP Lin Cho-shui (Lin Zhuo-shui).
Tsai Ing-wen, presentará una nueva política hacia China basada en la resolución de 1999 con hincapié en la necesidad de manejar los riegos en el intercambio económico con China y busca el diálogo sin condiciones, afirma Lai I-chung (Lai Yi-zhong), investigador del Taiwán Thinktank y exdirector de Relaciones Internacionales del PDP.
Tsai exigirá que los lazos con China sean "de mutuo beneficio", "pacíficos", "igualitarios", no basados en el marco de "la única China", con medidas adoptadas democráticamente en Taiwán y por referéndum si son muy importantes, y se insistirá en el valor universal de la democracia y los derechos humanos, dijo otro portavoz del PDP, Cai Qi-chang.
EFE
El año próximo, el independentista Partido Demócrata Progresista (PDP) de Taiwán, puede llegar al poder en los comicios presidenciales, y ese mismo año, China asistirá a un cambio dinástico en el que la política del presidente actual presidente, Hu Jintao, de impedir la independencia sin forzar la unificación con Taiwán puede sufrir cambios.
Pekín y el partido gobernante en Taiwán, el Kuomintang, han intensificado, a finales del 2010, su presión sobre la presidenta del PDP, Tsai Ing-wen (Cai Ying-wen), para que suscriba el "Consenso de 1992".
Se trata de un supuesto acuerdo tácito alcanzado entre Taipei y Pekín en 1992 en Hong Kong por el que ambas partes aceptaban "una China con dos definiciones", como base para establecer negociaciones exploratorias.
El PDP es consciente de que está en una encrucijada en su política hacia China, ya que del 35 al 45 por ciento de sus votantes son independentistas duros, pero para alcanzar el poder necesita del apoyo de votantes moderados no comprometidos con los partidos.
"No descartamos el diálogo con China, con tal de que la soberanía de Taiwán y los valores de la democracia y los derechos humanos sean respetados", dijo a EFE el portavoz del PDP Zheng Wen-cang.
La presidenta del PDP también dijo que, si su partido llega al poder, respetará los acuerdos alcanzados con China, pero eso no parece suficiente para Pekín, que exige al PDP aceptar el "Consenso de 1992" y renunciar a la independencia, según el portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán en el Consejo de Estado Fan Liqing.
El problema está en que el PDP "no reconoce la existencia del Consenso de 1992" y rechaza el "Principio de una sola China", señaló el 24 de diciembre de 2010 uno de sus portavoces, Lin You-chang, en respuesta a la petición del presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, de reconocimiento del "Consenso de 1992".
Además, la actual política oficial del PDP hacia China está definida en su "Resolución sobre el futuro de Taiwán" (8 mayo de 1999 en la ciudad de Kaohsiung), y que proclama que "Taiwán es un país soberano e independiente. Cualquier cambio en su situación de independencia de hecho debe ser decidido por todos los residentes de Taiwán por medio de un plebiscito".
El ex candidato presidencial del PDP Frank Hsieh (Xie Chang-ting) propuso el 11 de enero la fórmula "Consenso constitucional sobre una China", para lograr un acuerdo entre las fuerzas políticas taiwanesas y disponer de una plataforma para negociar con China.
La propuesta de Hsieh consiste en aceptar la Constitución de la República de China (Taiwán) y dejar que los partidos tengan su propia interpretación de la Constitución, lo que permitiría mantener posturas divergentes, pero muchos en el bando independentista lo atacaron.
"La propuesta de Hsieh es en realidad otra forma del "Principio de la una sola China"", dijo el legislador del PDP Lin Cho-shui (Lin Zhuo-shui).
Tsai Ing-wen, presentará una nueva política hacia China basada en la resolución de 1999 con hincapié en la necesidad de manejar los riegos en el intercambio económico con China y busca el diálogo sin condiciones, afirma Lai I-chung (Lai Yi-zhong), investigador del Taiwán Thinktank y exdirector de Relaciones Internacionales del PDP.
Tsai exigirá que los lazos con China sean "de mutuo beneficio", "pacíficos", "igualitarios", no basados en el marco de "la única China", con medidas adoptadas democráticamente en Taiwán y por referéndum si son muy importantes, y se insistirá en el valor universal de la democracia y los derechos humanos, dijo otro portavoz del PDP, Cai Qi-chang.
EFE
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