Un nuevo estudio publicado hoy muestra que el metabolismo de la glucosa en el cerebro aumenta en las zonas más cercanas a la antena de los teléfonos celulares, aunque se desconoce todavía el efecto nocivo que pueden tener estos aparatos.
"El dramático aumento en todo el mundo del uso de teléfonos celulares ha llevado a preocuparnos sobre los posibles efectos nocivos de la exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia modulada (RF-CEM)", señalan los investigadores.
La doctora Volkow y sus colegas del Instituto Nacional de Salud (NIH) de EE.UU. analizaron la imagen cerebral de 47 individuos a los que durante un año les colocaron durante un período de 50 minutos todos los días dos teléfonos móviles, uno en la oreja derecha y otro en la izquierda, en ocasiones uno encendido y otro a pagado o los dos apagados.
Para poder ver la reacción del cerebro emplearon imágenes tomadas con tomografía por emisión de positrones (PET, por las siglas en inglés de Positron Emission Tomography) y tras inyectarles fluorodesoxiglucosa (18F), un análogo de la glucosa utilizado para medir el metabolismo cerebral de glucosa, evaluaron los cambios.
Los investigadores descubrieron que el metabolismo de todo el cerebro no fue diferente entre el encendido y el apagado, pero advirtieron que en la región más cercana a la antena del cerebro (la corteza orbitofrontal y el polo temporal) fue significativamente mayor, aproximadamente un 7 por ciento.
"Estos resultados proporcionan evidencia de que el cerebro humano es sensible a los efectos de la exposición aguda de la RF-CEM que transmiten los teléfonos celulares", indicaron.
-EFE-
"El dramático aumento en todo el mundo del uso de teléfonos celulares ha llevado a preocuparnos sobre los posibles efectos nocivos de la exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia modulada (RF-CEM)", señalan los investigadores.
La doctora Volkow y sus colegas del Instituto Nacional de Salud (NIH) de EE.UU. analizaron la imagen cerebral de 47 individuos a los que durante un año les colocaron durante un período de 50 minutos todos los días dos teléfonos móviles, uno en la oreja derecha y otro en la izquierda, en ocasiones uno encendido y otro a pagado o los dos apagados.
Para poder ver la reacción del cerebro emplearon imágenes tomadas con tomografía por emisión de positrones (PET, por las siglas en inglés de Positron Emission Tomography) y tras inyectarles fluorodesoxiglucosa (18F), un análogo de la glucosa utilizado para medir el metabolismo cerebral de glucosa, evaluaron los cambios.
Los investigadores descubrieron que el metabolismo de todo el cerebro no fue diferente entre el encendido y el apagado, pero advirtieron que en la región más cercana a la antena del cerebro (la corteza orbitofrontal y el polo temporal) fue significativamente mayor, aproximadamente un 7 por ciento.
"Estos resultados proporcionan evidencia de que el cerebro humano es sensible a los efectos de la exposición aguda de la RF-CEM que transmiten los teléfonos celulares", indicaron.
-EFE-
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