Las autoridades de Japón aumentaron a 5.429 los muertos y a 9.594 los desaparecidos por el terremoto y posterior tsunami del día 11 en el noreste de país, según el último cómputo oficial facilitado hoy por la Policía.
Se teme que la cifra final de víctimas se incremente todavía en algunos municipios de las provincias más afectadas, como Iwate, Miyagi y Fukushima.
Más de 100.000 militares y reservistas japoneses, ayudados por voluntarios extranjeros especialistas en salvamento, peinan la zona devastada en busca de supervivientes atrapados bajo los escombros o arrastrados mar adentro por la ola gigante de diez metros de altura.
Los equipos de rescate luchan contra el intenso frío al norte de la isla de Honshu y la enorme destrucción provocada por el seísmo.
Por ahora, han rescatado a unas 26.000 personas, según el Gobierno nipón.
Casi 80.000 edificios y viviendas fueron destruidos y más de medio millón de evacuados vive en unos 2.500 refugios temporales, muchos de los cuales no tienen agua potable o electricidad.
La magnitud de la tragedia llevó ayer al emperador Akihito a dirigirse por televisión a la población por primera vez en sus 22 años de reinado para pedir solidaridad y calma, y rezar por los supervivientes.
EFE
Se teme que la cifra final de víctimas se incremente todavía en algunos municipios de las provincias más afectadas, como Iwate, Miyagi y Fukushima.
Más de 100.000 militares y reservistas japoneses, ayudados por voluntarios extranjeros especialistas en salvamento, peinan la zona devastada en busca de supervivientes atrapados bajo los escombros o arrastrados mar adentro por la ola gigante de diez metros de altura.
Los equipos de rescate luchan contra el intenso frío al norte de la isla de Honshu y la enorme destrucción provocada por el seísmo.
Por ahora, han rescatado a unas 26.000 personas, según el Gobierno nipón.
Casi 80.000 edificios y viviendas fueron destruidos y más de medio millón de evacuados vive en unos 2.500 refugios temporales, muchos de los cuales no tienen agua potable o electricidad.
La magnitud de la tragedia llevó ayer al emperador Akihito a dirigirse por televisión a la población por primera vez en sus 22 años de reinado para pedir solidaridad y calma, y rezar por los supervivientes.
EFE
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