La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que entre los años 2011 y 2015, habrán dos millones los nuevos casos de tuberculosis resistente (inmune a medicación clásica), en el mundo.
Por ello, coincidiendo con la conmemoración del Día de la tuberculosis, hizo un llamado a los líderes mundiales a honrar su compromiso con el objetivo del milenio y conseguir tratar a un millón de pacientes con tuberculosis resistente en el 2015.
Pese a la lucha contra la tuberculosis, con incidencias menores a nivel global, la batalla se libra en un campo más limitado: de los 440.000 casos detectados en el 2008, el 85% de ellos se sitúan en sólo 27 países del mundo.
Sudáfrica es uno de ellos, con tasas muy elevadas de tuberculosis resistente, más complicada y cara de tratar y con mortalidad más elevada. Los métodos para su diagnóstico todavía siguen siendo a base de microscopios (como hace un siglo).
Los avances en vacunas están por llegar; el tratamiento clásico es largo, de seis meses, y, en el caso de las tuberculosis resistentes, el tratamiento puede llegar a dos años, con mayor toxicidad y mucho más caro.
Pero se avanza. La OMS hace referencia a la importancia del nuevo sistema de diagnóstico GeneXpert MTB/RIF, que posibilita la obtención de resultados por esputo en sólo dos horas, frente al tiempo que podía tardar el diagnóstico clásico.
Sin embargo, la Organización alerta que este diagnóstico rápido debe ir acompañado del consecuente tratamiento del paciente, con más acceso a medicación y seguimiento.
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