Las patronales portuguesas y algunas voces dentro del empresariado luso han abogado por la constitución de un Gobierno de coalición para evitar la convocatoria de elecciones, opción por la que se decantan todos los partidos políticos tras la dimisión ayer del primer ministro José Sócrates.
En declaraciones a los medios lusos, representantes de la clase empresarial han advertido de la inoportunidad de unos comicios en un contexto económico como el actual, con Portugal en riesgo de tener que recurrir a la ayuda externa por la intensa presión de los mercados.
Uno de los más claros ha sido el presidente de la Confederación Industrial de Portugal -la mayor patronal del país-, Antonio Saraiva, quien subrayó que éste es "el peor momento" para celebrar elecciones.
"Si seguimos sin ver la realidad y con luchas, no resolveremos unos problemas de una dimensión extraordinaria que exigen, a su vez, soluciones extraordinarias", incidió.
Saraiva defendió la adopción de "amplios acuerdos parlamentarios" para superar la situación, y lamentó que el Ejecutivo luso acuda hoy y mañana a la cumbre de Bruselas "debilitado".
En términos parecidos se manifestó el presidente de la Confederación de Comercio y Servicios, Joao Vieira Lopes, quien destacó que el actual escenario de inestabilidad política "en nada favorece a la presión internacional".
Vieira Lopes defendió que el país luso no será capaz "de afrontar las dificultades actuales sin un Ejecutivo que cuente con un amplio apoyo en el Parlamento".
El presidente de Jerónimo Martins -la compañía del sector de distribución más importante del país-, Alexandre Soares dos Santos, apoyó la construcción de un "Gobierno de salvación nacional" en el que estén representados todos los grupos parlamentarios.
"Sin acuerdo no hay solución, haya elecciones o no", advirtió.
En el sector financiero, una de las pocas voces que se ha escuchado hasta el momento ha sido la del presidente del Banco Espirito Santo (BES), Ricardo Salgado, quien aseguró el martes -un día antes de que se concretara la salida de Sócrates- que el país necesita de un acuerdo entre los dos partidos mayoritarios, el socialista y el social demócrata.
La opinión de los empresarios no parece corresponderse al cien por cien con la voluntad mostrada ya por todos los partidos políticos lusos, y que ayer mismo, nada más conocerse la dimisión del primer ministro, defendieron la convocatoria de elecciones anticipadas.
La decisión corresponde ahora al presidente de Portugal, el conservador Aníbal Cavaco Silva -líder histórico del Partido Social Demócrata-, quien debe todavía decidir si acepta la dimisión de Sócrates para después llamar a consulta a todos los grupos parlamentarios y evaluar cuál es la mejor solución para el país.
Portugal se ha despertado hoy con su primer ministro ejerciendo en funciones, después de que ayer anunciara su dimisión por el rechazo del Parlamento a su último plan de austeridad, lo que ha intensificado la presión sobre su deuda soberana y ha aumentado el riesgo de tener que recurrir a la ayuda externa.
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