Un “por fabor” se cuela en el twitter de un tal @CristianUGH2011; la joven quincerañera le promete a su mamá en un mensaje de celular que irá a “ksa tmprano”; un niño escribe en el chat: “abia 1 vz”. Casos como este abundan en el mundo hispanohablante que este sábado 23 celebra el Día del Idioma.
¿Un empobrecimiento del idioma o una nueva forma de comunicarse en español? El escritor y periodista Roberto Hernández Montoya reivindica los códigos lingüísticos de los jóvenes de hoy y la simplicidad como se expresan a través de mensajes de celular o del Twitter.
“Lo que están haciendo es racionalizar la ortografía. La gente simplifica y hace un sistema ortográfico que no tiene “pele”, explica y dice que sería aburrido si hablaran como los académicos de la lengua.
Muchos jóvenes en lugar de casa escriben “ksa”, o “s” en lugar del demostrativo ese, lo que para Hernández Montoya es uno de los hallazgos puestos en el mero centro de la línea bellista.
El escritor argumenta que el criterio etimológico y el de la pronunciación, por los que se rige la Academia de la Lengua Española, se contradicen, pues el primero hace introducir letras que ya no se pronuncian, como la “h” o que se escriben distinto y se pronuncian igual, como la “b” y la “v”.
Además, dice que la mayor parte de los hablantes del español “no hacemos la diferencia al pronunciar “b” y “v” y cuando la hacemos tenemos que apoyarnos artificialmente en la ortografía irracional de la Real Academia”.
Si entrara en vigencia una reforma que considerara Bello, el “por fabor” de @CristianUGH2011, que está en consonancia con la pronunciación lo estuviera también con la ley, así como el “abia” del niño que chatea.
No se sabe que hubiese pensado Miguel de Cervantes Saavedra, escritor por quien se celebra este día, pero el venezolano Andrés Bello, 188 años atrás, propuso un conjunto de reformas que para Hernández Montoya son “sensatísimas”.
Entre ellas estaba el caso de sustituir la “i” a la “y” en todos los casos en que ésta haga las veces de simple vocal, suprimir la “h” y desterrar la “u” muda que acompaña a la “q”, una propuesta que hoy ya muchos han tomado, sin darse cuenta, cuando incorporan a sus mensajes de texto un “q” para decir “que”, o un “xq” para “porque”.
Esto dice mucho de la visión y apertura lingüística de Bello y del contraste entre el dinamismo del idioma en la práctica y la velocidad de las reformas que hace la Real Academia Española (cada siglo y medio).AVN
¿Un empobrecimiento del idioma o una nueva forma de comunicarse en español? El escritor y periodista Roberto Hernández Montoya reivindica los códigos lingüísticos de los jóvenes de hoy y la simplicidad como se expresan a través de mensajes de celular o del Twitter.
“Lo que están haciendo es racionalizar la ortografía. La gente simplifica y hace un sistema ortográfico que no tiene “pele”, explica y dice que sería aburrido si hablaran como los académicos de la lengua.
Muchos jóvenes en lugar de casa escriben “ksa”, o “s” en lugar del demostrativo ese, lo que para Hernández Montoya es uno de los hallazgos puestos en el mero centro de la línea bellista.
El escritor argumenta que el criterio etimológico y el de la pronunciación, por los que se rige la Academia de la Lengua Española, se contradicen, pues el primero hace introducir letras que ya no se pronuncian, como la “h” o que se escriben distinto y se pronuncian igual, como la “b” y la “v”.
Además, dice que la mayor parte de los hablantes del español “no hacemos la diferencia al pronunciar “b” y “v” y cuando la hacemos tenemos que apoyarnos artificialmente en la ortografía irracional de la Real Academia”.
Si entrara en vigencia una reforma que considerara Bello, el “por fabor” de @CristianUGH2011, que está en consonancia con la pronunciación lo estuviera también con la ley, así como el “abia” del niño que chatea.
No se sabe que hubiese pensado Miguel de Cervantes Saavedra, escritor por quien se celebra este día, pero el venezolano Andrés Bello, 188 años atrás, propuso un conjunto de reformas que para Hernández Montoya son “sensatísimas”.
Entre ellas estaba el caso de sustituir la “i” a la “y” en todos los casos en que ésta haga las veces de simple vocal, suprimir la “h” y desterrar la “u” muda que acompaña a la “q”, una propuesta que hoy ya muchos han tomado, sin darse cuenta, cuando incorporan a sus mensajes de texto un “q” para decir “que”, o un “xq” para “porque”.
Esto dice mucho de la visión y apertura lingüística de Bello y del contraste entre el dinamismo del idioma en la práctica y la velocidad de las reformas que hace la Real Academia Española (cada siglo y medio).AVN
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