El Área de Integración Profunda, AIP, que busca liberar mercados y abrir puertas comerciales en Asia y el Pacífico, y que fue puesta a andar este jueves por los presidentes de Colombia, Chile, México y Perú, despierta inquietudes sobre la integración en América Latina.
Esas inquietudes tienen que ver con el papel que jugará la AIP frente otros mecanismos que ya existen, como la Comunidad Andina de Naciones, CAN, y la Alternativa Bolivariana para las Américas, Alba, impulsada por el presidente venezolano, Hugo Chávez.
Este jueves se lanzó formalmente en Lima el AIP, cuyos socios tienen más de 200 millones de habitantes y representan el 34% del Producto Interno Bruto de América Latina, así como la mitad de las exportaciones de la región.
Desde Lima, el presidente Alan García definió el AIP como una “versión nueva de la integración del siglo XXI”, que está abierta a otros países con costas sobre el Pacífico.
El ministro colombiano de Comercio, Sergio Díaz Granados, dice que el “AIP será una especie de mercado común, que nos permitirá mejorar el relacionamiento en comercio, inversión y finanzas entre nuestros países”.
Por ahora no es propiamente un tratado, sino un acuerdo de voluntades entre gobiernos, que también aspiran a competir en bloque en Asia, mediante el uso compartido de oficinas comerciales y diplomáticas.
El nacimiento del AIP reabre el debate sobre qué ha pasado con la integración económica en América Latina y sobre el futuro de estos esfuerzos, en medio de los cuestionamientos a la CAN y de las preguntas sobre el futuro del Alba.
Incertidumbre
No deja de ser paradójico que así como Perú, con su presidente Alan García, haya sido un entusiasta impulsor del AIP, no se sepa qué ocurrirá cuando haya cambio de gobierno en ese país andino.
“La pregunta es qué va a pasar con el AIP si gana un presidente como Ollanta Humala”, indica en Bogotá el economista Mauricio Reina.
A pesar de esas preguntas, expertos consultados por BBC Mundo, como el ex ministro colombiano de comercio, Jorge Humberto Botero, ven con “simpatía” el AIP, “porque explota las afinidades más profundas de cuatro países en torno a la internacionalización de la economía”.
El investigador Mauricio Reina lo complementa, cuando señala que el AIP permitirá que las economías de los países socios se complementen.
“Somos países demasiado chicos e invisibles para que individualmente podamos tener una presencia consistente en mercados como los de Asia y el Pacífico. Por eso, estar juntos es un gran logro que no se ha podido alcanzar con la CAN”, declara Reina a BBC Mundo.
El ex ministro Botero agrega que “implícitamente, el nacimiento del AIP reconoce el agotamiento del modelo de la CAN, que obedece al retiro de Venezuela, a la poca dinámica integracionista de Bolivia y a las profundas discrepancias de política económica entre Ecuador, Colombia y Perú”.
"Mentiras"
Desde otra orilla, sin embargo, el analista económico Aurelio Suárez le dice a BBC Mundo que el AIP “es la forma de concretar, por la puerta de atrás, el Acuerdo de Libre Comercio para las Américas, Alca”.
Y recuerda que ya existen acuerdos de libre comercio entre los socios del AIP.
El analista se pregunta “¿qué mensaje les están enviando Colombia y Perú a Bolivia y Ecuador, los otros dos socios en la CAN”.
Suárez no es muy optimista sobre la penetración de los países del AIP en mercados como el de China. “No nos digamos mentiras. Allá seguimos vendiendo, fundamentalmente, materias primas, no me imagino a las confecciones colombianas compitiendo con las de Shangai”, anota.
Los impulsores del AIP han dicho que están abiertos al ingreso de otros países, como Panamá.
Antes de la firma de la Declaración de Lima, el presidente Alan García manifestó que la idea es integrar a todos los países de América Latina que miran al Pacífico.
“Representamos la modernidad del área del Pacífico que es en este momento el área de mayor crecimiento, que sostiene el desarrollo económico del planeta”, concluyó García.
Hernando Salazar
BBC Mundo
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