Mordejai Vanunu, el israelí que reveló al mundo el programa nuclear militar israelí en los años ochenta y fue encarcelado por espionaje y traición, ha solicitado al Gobierno que le retire la nacionalidad, en base a una nueva ley aprobada en marzo.
Vanunu dirigió una carta al ministro de Interior, Eli Yishai, en la que pide que se le retire la nacionalidad (que en Israel se denomina ciudadanía) en base una reciente ley que autoriza esa medida para quienes hayan sido condenados por traición a la patria, informó hoy el diario "Haaretz".
"Después del tratamiento y cuidado que he recibido de este país y sus ciudadanos, no puedo sentirme un ciudadano querido", dice la misiva, en la que agrega "no tengo ningún interés en tener la ciudadanía israelí, no quiero seguir viviendo aquí".
"Quiero ejercer mi derecho a la libertad de conciencia y a la libertad de elección y elegir no ser ciudadano de Israel", añade Vanunu en el escrito, en el que asegura que se siente "encarcelado, como un prisionero de guerra y un secuestrado, capturado por el Estado y el Gobierno".
Vanunu, de 56 años, salió de prisión en 2004 tras cumplir una pena de 18 años por revelar secretos sobre la planta nuclear israelí de Dimona (en el sur de Israel) al diario británico "The Sunday Times".
En 1986 entregó al diario información acerca de la capacidad atómica israelí y varias fotografías de la central de Dimona, en la que trabajaba.
Huyó del país, pero fue seducido en Italia por "Cindy", una agente de los servicios secretos israelíes en el exterior (Mosad).
Se le apresó y trasladó a Israel, donde fue juzgado por alta traición y condenado a 18 años de cárcel, once de los cuales los pasó confinado en solitario.
Desde que salió de prisión tiene prohibido salir del país, entrar en los territorios controlados por la Autoridad Nacional Palestina, hablar con periodistas y extranjeros y participar en foros de internet, entre otras restricciones.
El pasado año pasó tres años encarcelado después de que la Fiscalía le acusase de haber violado las condiciones impuestas para su libertad en 21 ocasiones, entre otros motivos, porque se reunió múltiples veces con una extranjera, una ciudadana noruega con la que mantenía una relación sentimental.
Aunque Israel practica una política de ambigüedad sobre su arsenal nuclear (ni confirma ni desmiente), el mundo da por sentado su existencia y los expertos militares cifran su arsenal nuclear entre doscientas y trescientas cabezas.
EFEVanunu dirigió una carta al ministro de Interior, Eli Yishai, en la que pide que se le retire la nacionalidad (que en Israel se denomina ciudadanía) en base una reciente ley que autoriza esa medida para quienes hayan sido condenados por traición a la patria, informó hoy el diario "Haaretz".
"Después del tratamiento y cuidado que he recibido de este país y sus ciudadanos, no puedo sentirme un ciudadano querido", dice la misiva, en la que agrega "no tengo ningún interés en tener la ciudadanía israelí, no quiero seguir viviendo aquí".
"Quiero ejercer mi derecho a la libertad de conciencia y a la libertad de elección y elegir no ser ciudadano de Israel", añade Vanunu en el escrito, en el que asegura que se siente "encarcelado, como un prisionero de guerra y un secuestrado, capturado por el Estado y el Gobierno".
Vanunu, de 56 años, salió de prisión en 2004 tras cumplir una pena de 18 años por revelar secretos sobre la planta nuclear israelí de Dimona (en el sur de Israel) al diario británico "The Sunday Times".
En 1986 entregó al diario información acerca de la capacidad atómica israelí y varias fotografías de la central de Dimona, en la que trabajaba.
Huyó del país, pero fue seducido en Italia por "Cindy", una agente de los servicios secretos israelíes en el exterior (Mosad).
Se le apresó y trasladó a Israel, donde fue juzgado por alta traición y condenado a 18 años de cárcel, once de los cuales los pasó confinado en solitario.
Desde que salió de prisión tiene prohibido salir del país, entrar en los territorios controlados por la Autoridad Nacional Palestina, hablar con periodistas y extranjeros y participar en foros de internet, entre otras restricciones.
El pasado año pasó tres años encarcelado después de que la Fiscalía le acusase de haber violado las condiciones impuestas para su libertad en 21 ocasiones, entre otros motivos, porque se reunió múltiples veces con una extranjera, una ciudadana noruega con la que mantenía una relación sentimental.
Aunque Israel practica una política de ambigüedad sobre su arsenal nuclear (ni confirma ni desmiente), el mundo da por sentado su existencia y los expertos militares cifran su arsenal nuclear entre doscientas y trescientas cabezas.
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