El alcalde de Chacao, luego de rendir declaración como testigo en el Ministerio Público, aseguró que si no existe una persecución política la investigación por el caso de la Policía de Chacao debe seguir su curso y ser asignadas las responsabilidades.
Los escándalos denunciados esta semana por la brutalidad de las policías en Venezuela vuelven a dejar en entredicho la estructuración de la seguridad en el país y apuntalan la aún incipiente Policía Nacional Bolivariana, que en su certificado de nacimiento promete una actuación profesional. El Alcalde de Chacao, Emilio Graterón, admitió que, a pesar del cargadísimo contenido político e ideológico de la Policia Bolivariana, a él le parece una buena intención por parte del Gobierno.
"Si hubiese una verdadera disposición a acabar con el delito y mejorar la seguridad de los ciudadanos, este podría ser un buen instrumento, porque además plantea mecanismos de coordinación con las policías municipales y regionales", indicó.
Sobre el caso del video de abusos en Polichacao, Graterón defendió el proceder de la Alcaldía y reiteró que fue él quien denunció el caso a la Fiscalía hace más de un año y que esos agentes están a la espera de recibir su castigo.
Denuncias del oficialismo contra la Policía Municipal de Chacao sumadas a las de la oposición contra la de Barinas por los presuntos golpes a Lorent Saleh, un joven dirigente contrario a Chávez, han vuelto a poner en el ojo del huracán el proceder policial. La inseguridad es identificada en todas las encuestas del país como el principal problema de todos los venezolanos
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