El “Toutou Bar”, el primer bar de Bruselas que ofrece comida para perros, abrió hoy sus puertas con un menú que pueden degustar a la vez tanto los perros como sus propietarios.
Al acto de inauguración han acudido más de un centenar de personas con sus perros, que han querido conocer de primera mano el menú de este establecimiento.
El bar, que estará abierto todo el verano, ofrece menús bajos en sal ideados por dietistas y una cerveza especial para perros, la “Red Dog”, una bebida sin alcohol en la que se deja macerar un hueso con su tuétano y que cuesta tres euros la botella.
Pese a estar orientado a los perros, sus propietarios no tienen porqué marcharse con el estómago vacío, ya que todos los platos son aptos para el consumo humano, de modo que dueños y canes pueden llegar incluso a compartirlos.
La propietaria del establecimiento, Houria Aghlam, aseguró que han tenido que hacer una inversión importante, pero que no se arrepiente por “el placer que podemos dar a nuestros amigos de cuatro patas”.
Según explicó, el plato que hoy ofreció a sus clientes está basado en “una mezcla de carne de pollo y buey” a la que los humanos, para poder comérsela, “deben añadir un poco de sal o pimienta” para que no esté sosa.
El establecimiento está ubicado en un antigua pabellón del parque de Wolvendael, en Uccle, una de las zonas más selectas de Bruselas.
“Lo he conocido por Internet”, ha explicado Magalie mientras sostenía en brazos a su perrito Beluga, por miedo a que los demás canes que correteaban por el césped del parque le hicieran daño.
“Lo he conocido por Internet”, ha explicado Magalie mientras sostenía en brazos a su perrito Beluga, por miedo a que los demás canes que correteaban por el césped del parque le hicieran daño.
“Sólo tengo un perro, soy muy exclusiva”, declaró tanto que ha decidido llamar a su mascota “como el caviar”.
En cambio, Coralie, que al igual que Magalie afirmó que está dispuesta a volver al “Toutou”, tiene tres perros, dos de ellos, Mouette y Lola, corrían por el parque mientras que tenía en brazos al tercero, al que llama “Petite Chose” (‘Cosita’, en francés) y que apenas mide 30 centímetros.
“Es todo muy cómico y muy simpático”, ha asegurado Coralie entre los ladridos y alguna que otra pelea canina parada a tiempo por los dueños.
“Es un concepto diferente y me gusta mucho”, ha señalado. EFE
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