El Supremo Tribunal de Brasil rechazó hoy una demanda del Gobierno de Italia contra la negativa del exjefe de Estado brasileño Luiz Inácio Lula da Silva a la extradición del exactivista Césare Battisti y ordenó su inmediata liberación.
La corte consideró por mayoría (6-3) que Italia no puede poner en tela de juicio un dictamen del Presidente de Brasil, que tuvo la última decisión del caso en sus manos porque así lo estableció el propio Supremo, cuando en noviembre de 2009 se pronunció en favor de la extradición que luego Lula negó.
Por esa misma diferencia de votos se decidió que Battisti debe ser liberado de la cárcel de Papuda, en Brasilia, donde se encuentra recluido desde 2007, toda vez que en este país solo responde por una causa abierta debido a los documentos falsos con los que ingresó.
La decisión del Supremo le pone un punto final al caso, que llegó a tribunales hace casi cuatro años, cuando Battisti fue detenido en Río de Janeiro a pedido de Italia, donde fue condenado a cadena perpetua por cuatro asesinatos cometidos hace unos 40 años, cuando era miembro del grupo Proletarios Armados por el Comunismo.
Durante la vista de hoy, el abogado que representa a Italia en Brasil, Antonio Nabor Bulhoes, pidió a los jueces que decidieron por la "inmediata" entrega de Battisti a ese país.
El abogado consideró "inadmisible que haya dudas sobre la justicia italiana" y advirtió que la decisión tomada por Lula el último día de su mandato, el pasado 31 de diciembre, "contradijo" la opinión de la propia corte.
Según el fallo adoptado hoy por mayoría, Lula tenía derecho a rechazar la extradición, pues esa posibilidad la dejó abierta la propia corte cuando le entregó la decisión final.
En respaldo de las facultades legales de Lula para decidir en contra de la extradición también se manifestaron hoy el titular de la Abogacía General de Brasil, Luis Inácio Lucena Adams, y el procurador general de la República, Roberto Gurgel.
Lucena Adams sostuvo que fue el propio Supremo el que le dio a Lula "la atribución de la decisión final", mientras que Gurgel fue más duro y afirmó que el Gobierno de Italia "no tiene legitimidad para contestar una decisión soberana" de un presidente brasileño.
esa misma línea se movió el abogado de Battisti, Luis Roberto Barroso, quien acusó a Italia de intentar ejecutar una "venganza absurda y tardía" al pretender poner tras las rejas a "un hombre de casi 60 años", pese al "peligro real" de que "pueda sufrir amenazas" en prisión.
La vista congregó a decenas de personas que permanecieron frente a la sede del Supremo en apoyo a Battisti durante toda la jornada y que cuando se proclamó el fallo celebraron el resultado al grito de "libertad ya" para el exactivista de izquierdas