El grupo de científicos mexicanos encargado de la construcción de "Mex-One", un humanoide con habilidades para caminar y memorizar, presentó la versión final del robot que, además, será el primero que se utilizará bajo el nuevo concepto de "robótica social".
El investigador Eduardo Bayro, quien está al frente del proyecto, acuñó la nueva terminología para referirse a los diferentes usos sociales que tendrá su invento.
A diferencia de lo que se conoce como "social robotic", que consiste en crear interfaces de seres humanos a través de máquinas, "con Mex-One se están desarrollando subproductos con fines prácticos para el humano en campos como la medicina y la cultura", precisó.
Entre los productos que se obtendrán, el experto citó un casco para discapacitados visuales, piezas robóticas para operar tumores o hacer trasplantes, así como manos y pies inteligentes para minusválidos.
"Es una contribución a nivel internacional porque reúne las principales características de humanoides, pero a bajo precio", indicó Bayro, al resaltar que el costo total del robot fue de 100.000 dólares, aunque sus réplicas se pueden adquirir por la mitad de su valor.
Se trata, dijo, de una arquitectura abierta que le permitirá a centros de investigación y universidades con pocos recursos desarrollar nuevos algoritmos e ideas en el campo de la robótica.
Luego de un año de haber anunciado la construcción de "Mex-One", sus creadores, investigadores del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), detallaron que es el robot más avanzado en su tipo en Iberoamérica, con funciones similares o incluso superiores a los construidos por empresas japonesas, estadounidenses y europeas.
El prototipo mide 1.05 metros y pesa alrededor de 15 kilogramos y, aunque de momento camina y sigue objetos con la mirada, más adelante será capaz de subir escaleras, servir agua, reconocer rostros, sostener diálogos básicos y aprender por experiencia.
"También podrá ser guía de museos y trabajar en el cuidado de la salud como asistente en hospitales", agregó el investigador del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Ciencias Computacionales del Cinvestav.
Bayro subrayó que la principal aportación de "Mex-One" reside en el software de su inteligencia artificial, ya que puede almacenar información gracias a una memoria cognitiva que funciona con un sistema inalámbrico conectado a dos computadoras. EFE
El investigador Eduardo Bayro, quien está al frente del proyecto, acuñó la nueva terminología para referirse a los diferentes usos sociales que tendrá su invento.
A diferencia de lo que se conoce como "social robotic", que consiste en crear interfaces de seres humanos a través de máquinas, "con Mex-One se están desarrollando subproductos con fines prácticos para el humano en campos como la medicina y la cultura", precisó.
Entre los productos que se obtendrán, el experto citó un casco para discapacitados visuales, piezas robóticas para operar tumores o hacer trasplantes, así como manos y pies inteligentes para minusválidos.
"Es una contribución a nivel internacional porque reúne las principales características de humanoides, pero a bajo precio", indicó Bayro, al resaltar que el costo total del robot fue de 100.000 dólares, aunque sus réplicas se pueden adquirir por la mitad de su valor.
Se trata, dijo, de una arquitectura abierta que le permitirá a centros de investigación y universidades con pocos recursos desarrollar nuevos algoritmos e ideas en el campo de la robótica.
Luego de un año de haber anunciado la construcción de "Mex-One", sus creadores, investigadores del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), detallaron que es el robot más avanzado en su tipo en Iberoamérica, con funciones similares o incluso superiores a los construidos por empresas japonesas, estadounidenses y europeas.
El prototipo mide 1.05 metros y pesa alrededor de 15 kilogramos y, aunque de momento camina y sigue objetos con la mirada, más adelante será capaz de subir escaleras, servir agua, reconocer rostros, sostener diálogos básicos y aprender por experiencia.
"También podrá ser guía de museos y trabajar en el cuidado de la salud como asistente en hospitales", agregó el investigador del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Ciencias Computacionales del Cinvestav.
Bayro subrayó que la principal aportación de "Mex-One" reside en el software de su inteligencia artificial, ya que puede almacenar información gracias a una memoria cognitiva que funciona con un sistema inalámbrico conectado a dos computadoras. EFE