En un primer tiempo accidentado, mal jugado y friccionado, la jugada más clara tenía que venir de un accidente. Porque Uruguay lastimó más, pero jugó peor. Porque Chile tuvo más la pelota e intentó, pero no supo llegar. Entonces celestes y rojos corrían y chocaban sin sentido, sin convicción.
Tabarez paró un 4-3-3 sin fútbol. Uruguay jugó a generar el error en la defensa rival. Y allí se desarrolló la mayor parte del primer tiempo. Contreras para Ponce, y hacia la izquierda para Jara. Jara para Ponce y así. Mientras Forlán, Luis Suárez y Cavani presionaban. Pelotazo, a dividir, de arriba casi siempre ganaron Lugano y Coates , los lungos centrales uruguayos ante Suazo y Alexis Sánchez, los petisos delanteros chilenos.
Lo mejor de Uruguay llegó por pelotazos, cuando Suárez lograba bajarle la pelota a Forlán. La primera, a los 7 y el rubio desvió su zurdazo. La segunda, a los 19. Esta vez la baja Forlán, Cavani habilita a Suárez que sólo en el área y con la pelota picando falló el gol con una volea que se perdió por encima del travesaño de un Claudio Bravo ya en el piso.
Empujó más Uruguay. Chile intentó asociar su juego. Isla y Sánchez por derecha buscaban construir una pared que casi siempre era destruida por Arévalo Ríos, un león para la marca (aunque un gatito para jugar). Entonces la Celeste logró lo que buscaba: el error rival. Pifió Contreras y Suárez llegó para gambetear a Bravo en el área, aunque quedó sin ángul y envió el centro atrás. Forlán cabeceó al gol, pero Contreras se redimió su falla y despejó en la línea.
Levantó Chile, cuando se tranquilizó, cuando dejó de correr para adelante a chocar con los duros defensores uruguayos. Levantó porque Isla y Alexis pusieron la pelota contra el piso. Y así llegó la jugada más clara, mezcla de inspiración y accidente. Pared: Isla, Alexis, Isla que la corre porque el pase le queda largo y sale Coates a cortar. El rechazo del defensor pega en Isla y viaja por encima de la cabeza de Muslera... ¡Travesaño! Un blooper sin gol. Se agrandó Chile. El sonido de la pelota en el caño levantó a los 30 mil chilenos en el Malvinas. Y los jugadores se contagiaron. A los 44, pase de Alexis, Beausejour le gana a Maxi Pereira, zurdazo al lado del palo.
Para el complemento, el Maestro cambió. A la cancha Tata González por Cavani y un 4-4-2: orden y progreso. Pero al minuto, Jiménez con un taco casi abre el marcador. Salvó Muslera. Pero fue ese susto nomás. Porque Uruguay -al menos- se paró acorde a la idea que defendía en el terreno. A empujar. Y empujando abrió el marcador. Un pelotazo, un roce, un rebote y Alvaro Pereira se encuentra con la pelota en el área. Lo interceptan, pero el rebote queda para Suárez. Centro atrás y Alvaro define de zurda para el 1-0.
Con la ventaja, Uruguay se decidió a replegarse contra su arco y buscar la contra. Faltaban 37 minutos más el descuento. Una eternidad. Borghi vio la ventaja que le daba su rival y puso a Valdivia por Jara. Ganó juego, perdió orden. Pero le alcanzó para empatar.
A los 19, Valdivia tocó para Beausejour, pase al área para Alexis Sánchez y definición de punta para el 1-1. Golazo. Un partido nuevo.
Se quedaba sin piernas Uruguay y anunciaba demasiado lo que insinuaba. Chile chocaba con el muro que formaban Cáceres, Coates y Lugano. Lo tuvo Jiménez, de cabeza, tras un desborde de Alexis. Pero Muslera salvó el empate en un partido que ya había pasado de ser caliente para llegar a su punto de ebullición.
Borghi rearmó su esquema con el ingreso de Carmona por Beausejour (también Paredes por Suazo). Sobre el cierre, Chile lo tuvo con un para de tiros libres, pero falló la puntería y al final todo quedó empatado.
EL CLARIN